jueves, 29 de mayo de 2008

LA LOCURA DE LOS PSIQUIATRAS - Para enterrar definitivamente el freudismo




En otro tiempo incontestable, el psicoanálisis sufre hoy ataques por todos los frentes. Se duda de su eficacia terapeutica, se cuestionan sus bases e incluso se pone en entredicho la estabilidad mental de su fundador y de muchos de sus exponentes. Cuando se ha cumplido un centenario desde los primeros trabajos de Freud, es lícito preguntarse que queda de la psiquiatría freudiana y de sus continuadores... pero ello implica realizar una excursión por un terreno resbaladizo en el que frecuentemente se cae en lo paranormal.

EL PUNTO DE PARTIDA DEL PSICOANALISIS: UNA RAYA DE COCAINA

El 2 de junio de 1884 un hombre escribía a su novia: "...si te atreves, veremos quién es el más fuerte, una dulce chiquilla que no come lo necesario o un hombretón fogoso que lleva cocaína en el cuerpo". El autor de la carta era Sigmund Freud que a continuación añadía: "En mi última depresión seria tomé de nuevo la cocaina y una pequeña dosis me llevó a las alturas de manera prodigiosa"; la frase bien parece un slogan publicitario del Cartel de Medellín...

Es importante subrayar que este párrafo no tiene nada que ver con el interés médico-científico de Freud por la cocaina: refleja solo una adicción viciosa. En 1886 el doctor Erlenmayer, definió a la cocaina como "el tercer azote de la humanidad", despues del alcohol y la morfina. Cuando Freud experimentaba con cocaina, otros muchos muchos científicos ya habían dictaminado lo peligroso de esta droga y estudiado sus efectos nocivos sobre el organismo.

La fijación de Freud por la cocaina y su afición a ingerirla es significativa en más de un aspecto. Hace falta considerar el poder afrodisíaco de esta droga para advertir que ya, desde su juventud, el factor erótico tenía un peso anómalo en su ecuación personal. La cocaina efectivamente, no es solo un tonificante muscular, el sector que activa con más violencia y de manera más compulsiva es la imaginación erótica.

El flujo de sugerencias e imágenes eróticas que invaden el cerebro son el principal elemento creador de adicción. Y en Freud esto no fue diferente. Sin embargo, Freud intentó durante unos años edificar una teoría médica, acaso para justificar su adicción, afirmando contra toda lógica que la cocaina curaba distintos tipos de enfermedades, desde la morfinomanía, hasta el dolor de estómago, pasando por las enfermedades cardíacas y las manías depresivas.

Es innegable que Freud, a lo largo de toda su vida, fue un paciente y minucioso observador de sí mismo: lo que valía para él, aquello que le atraía, tendía a generalizarlo hasta alcanzar valor para los demás. No es de extrañar que, sobre esta base tan poco científica, estableciera la sexualidad como nudo de todos los conflictos de la psique.

Probablemente si la cocaina no hubiera estimulado la mentalidad erótica de Freud como solo esta droga puede hacerlo, el psicoanálisis no hubiera colocado tanto énfasis en la sexualidad. De ahí que el episodio de la cocaina no sea un mero accidente en el freudismo, sino la primera piedra sobre la que se edificó luego todo el sistema.

La adicción a cualquier droga, despues de ser abandonada, crea siempre un vacío que ya nada puede colmar jamás. Freud intentó olvidar este episodio volcándose en una nueva dirección -la psiquiatría analítica- pero sus contenidos denotan que, efectivamente, nunca terminó de superar el recuerdo de sus excesos cocaínicos.

FREUD EL HIPNOTIZADOR

El nacimiento de la terapia psicoanalítica debe también mucho al fracaso de Freud como hipnotizador. En la última década del siglo XIX, famosos psiquiatras como Charcot (de quien Freud se decía discípulo y con quien trabajó en la siniestra clínica parisina de la Salpetriere para enfermos mentales), Bernheim, Liebeault o Breuler, utilizaban la hipnosis para curar ciertas depresiones y afecciones hitéricas. Freud fue uno de ellos.

Aprendió la técnica del propio Charcot, pero hacia 1890 empezó a convercerse de que jamás sobresaldría como hipnotizador. No es que dudara en aquel momento de la eficacia de la hipnosis, era que carecía de cualidades de hipnotizador. Se terminó convenciendo cuando, tras la preparación previa, con el consabido péndulo moviéndose ante los ojos de una paciente, le ordenó que se durmiera; por fin, sentenció imperioso: "Ya está dormida". La muchacha, sin inmutarse abrió los ojos: "No, doctor; no me he dormido".

Este hecho es igualmente significativo en el nacimiento del psicoanálisis. El hipnotizador consigue resultados solo con individuos altamente sugestionables y cuando es capaz de imponer su personalidad a la del hipnotizado. Freud carecía de esta capacidad. Charcot, en cambio no. Casi nadie dudó en su tiempo que, Charcot era capaz de hipnotizar con suma facilidad a todo tipo de pacientes y en ese estado les ordenaba que olvidaran síntomas de sus enfermedades; una vez regresados del trance éstos parecían haber mejorado su salud. Por el contrario, podía infundir símtomas histéricos a pacientes que jamás habían estado aquejados por esta enfermedad.
Todo esto no se situaba precisamente dentro de las coordenadas positivistas y científicas que dominaron la evolución del saber entre finales del siglo XIX y principios del XX. Más parecen propias de un espectáculo de variedades.

FREUD Y FLIESS: LA KABBALAH NUMERICA

El psicoanálisis tuvo mucho más contactos con lo irracional. Wilhem Fliess, amigo íntimo de Freud, frenólogo, tenía ciertos conocimientos de khabala hebrea, en particular, estaba obsesionado por la numerología y supo transmitir esta obsesión al propio Freud, hasta bien entrada la madurez. Este, inducido por Fliess, creyó hasta 1920 que la vida del hombre se gobernaba por ciclos de 28 días en la mujer y de 23 días en el varón. Las relaciones hombre-mujer estarían marcadas por las cifras 5 (28 - 23) y 51 (28 + 23).

Fliess, como Freud, eran judíos. Como se sabe la khabala (= tradición) es el compendio de esoterismo hebreo que atribuye gran importancia a la numerología. Cada letra del alfabeto hebreo tiene un valor numérico y la suma de las letras de una palabra da una cifra concreta. Puede darse el caso de palabras con distinto significado, cuyo valor numérico sea el mismo: se dice entonces que ambas palabras contienen conceptos identificables. La khabala floreció en el judaismo medieval y lo que se encuentra en tandem Fliess-Freud es un eco remoto y cortado de todo contacto con la tradición hebrea.

Pero hay otro eco, igualmente lejano, del hebraismo en la obra de Freud. Nos referimos a los sueños. El hebraismo, ya desde los tiempos bíblicos, había hecho de la interpretación de los sueños una especialidad sacerdotal. Existía toda una codificación de los distintos tipos de sueños, que se suponía albergaban contenidos premonitorios.

Todas las civilizaciones tradicionales insistieron en el análisis de los sueños: era en el sueño, cuando el espíritu se liberaba expontáneamente de la cárcel de la materia y volaba solo. Esta experiencia incondicionada, estaba más allá del espacio y del tiempo, por tanto, podía ser utilizado con fines paranormales: adivinación, videncia, etc. siempre dentro de un contexto sagrado: era el sacerdote, quien interpretaba el sueño, no un profano.

Freud, lo que hace, es abordar el estudio de los sueños desde una perspectiva laica y pansexual. Los reflejos del sueño, no serán otros que los que deriven de la líbido, condicionante universal, no tendrán ningún poder premonitorio, sino que serán un reflejo de los bajos fondos de la psique, que sacarían a la superficie y permitían intuir lo que el paciente, inconscientemente, se negaba a revelar a su psicoanalista.

CONSCIENTE Y SUBCONSCIENTE: LA ESPADA ROTA Y EL REINO DE NEPTUNO

El gran mérito de Freud consistió en enunciar, en un momento en el que el materialismo y el positivismo inhundaban todos los aspectos del universo científico, la existencia de una región inferior a la conciencia ordinaria pero que influye en ésta, el "subconsciente" y lo condiciona.
La idea de esta región situada por debajo de la conciencia ordinaria no era de Freud, si bien la popularizó él. En el remoto pasado védico, los sabios hindúes ya habían teorizado sobre la diferencia entre "samskara" y "vasana". El mundo clásico greco- latino aludió a las "oscuras profundidades del reino de Neptuno en donde moran terribles monstruos", aludiendo al subconsciente o inconsciente. En los relatos graélicos y en las sagas nórdicas se aludía a la enigmática presencia de espadas rotas que el héroe debe unir, haciendo referencia a las dos partes de la conciencia que debe unificar y sacar a la superficie.

En un período más reciente, desde Gustav le Bon hasta von Hartman aludieron a un mismo orden de ideas. El propio Franz Messmer que hizo furor a principios del siglo XIX con su teoría sobre el magnetismo animal y sus capacidades como hipnotizador, pueden ser considerados como redescubridores de esta dicotomía entre conciencia ordinaria y subconsciente.

Ahorabien, el concepto freudiano adolece en un aspecto fundamental: Freud considera solo los aspectos negativos de una componente "infernal" en la mentalidad humana, en absoluto de una componente "divina". Freud solo se fija en lo que está "por debajo" de la conciencia ordinaria, nunca en lo que puede estas "por encima" de la misma.

De la misma forma que la personalidad humana puede sufrir dos tipos de disolución -en el seno de la masa o disolverse en el curso de una experiencia mística disolucion "hacia abajo" una y "disolución por arriba", la otra-, también la conciencia ordinaria puede ser trascendida. El hombre así considerado, desde el punto de vista freudiano, es un hombre roto, lejos de una integridad totalizadora, amputado de toda aspiración hacia la trascendencia que es considerada como una neurosis.

EL SEXO COMO FUENTE DE NEUROSIS

El aspecto más extremista de la teoría psicoanalítica es precisamente el percibir en la sexualidad el origen de toda neurosis, y más específicamente en la sexualidad infantil. "El niño tiene un deseo innato de tener relación sexual con su madre, pero se siente amenazado en la ejecución de estos deseos por el padre, que parece tener derechos de prioridad sobre la madre. El niño desarrolla ansiedades de castración al darse cuenta de que su hermana no posee un pene, el maravilloso juguete que tanto significa para él y su miedo agravado le hace rendirse y
"reprimir" todos esos deseos inconvenientes, que viven, como en el famoso Complejo de Edipto, en el subconsciente, promocionando toda suerte de terribles síntomas en la vida posterior". Tal es el resumen que el profesor Eysenk hace de la médula de la teoría freudiana.

Solamente la historia de la cultura occidental ha alcanzado un grado tal de aberración, cuando Lutero definió el alma humana como un burro que no importa si es montado por Dios o por el Diablo... Cualquier persona de espíritu sano que sienta por sus padres y hermanos un normal y natural amor desinteresado y puro, puede percibir en las teorías de Freud un aroma insano y enfermizo y si escarba un poco más y comprueba la ausencia absoluta de pruebas científicas que demuestren tales perversiones, no dudará en atribuir a una mente enferma tales enunciados: de la misma forma que el GULAG estaba en Marx, la enfermedad mental anidaba en Freud.

LA EXTRAÑA SECTA DEL DOCTOR FREUD

Llama la atención, desde el primer momento, que el freudismo buscó organizarse en la Asociación Psicoanalítica de Viena, primero y luego en la Asociación Psicoanalítica Internacional. En ambos casos, estuvo presente un aroma sectario.

La secta del doctor Freud, como cualquier otra secta
1) rendía fidelidad acrítica al "gurú",
2) se creía detentadora absoluta de la "verdad" ("Estamos en posesión de la verdad; tanto ahora como hace 15 años". Freud),
3) toda desviación de la verdad oficial establecida por el "gurú" era castigada con la expulsión y el ostracismo (casos de Adler, Rank, Jung),
4) la secta tiene sus propias joyas y signos de reconocimiento: una entalladura griega antigua, en un anillo de oro distribuidos por el propio Freud a los más fieles, y
5) la secta tiene su "capítulo secreto": compuesto por psiquiatras psicoanalizados por el propio Freud, quien impuso el carácter secreto de este "comité". )Se trataba o no de una secta?

Solamente ha existido una secta en este siglo que pudiera ser similar en su actuar a la organizada por el doctor Freud: el movimiento surrealista cuyo interés y puntos de contacto con el psicoanálisis son evidentes. Constituido en torno a André Bretón, Louis Aragon, Paul Eluard, etc. tuvo su papa -el propio Bretón-, su libro sagrado (los distintos manifiestos surreaistas), sus sacerdotes (los poetas, escritores, pintores y cineastas), sus damas inspiradoras (Lou Salomé en el psicoanálisis y Gala en el surrealismo), sus disidentes (el propio Dalí entre otros), sus contactos con el universo paranormal (en el surrealismo abundaron tarotistas, ocultistas, libros escritos en estado de trance, etc.).

Si las similitudes entre freudismo y surrealismo son, al menos a nivel formal, evidentes, hay que reconocer en beneficio de éste último, que nunca pretendió aureolarse de aspiraciones cientificistas, ni pretendió ser redentor de almas sufrientes.

¿REALMENTE CURA EL PSICOANALISIS?. EFECTO PLACEBO Y EFECTO DOLEBO

El profesor Eysenk en su libro "Decadencia y caida del Imperio Freudiano" recuerda las características del paciente ideal: "Preferentemente debería ser joven, bien educado, no demasiado seriamente enfermo y razonablemente rico...", aun así no se le garantiza, ni el tiempo que va a durar el tratamiento, ni si va a dar resultado. Si finalmente el paciente se cura es por obra del psioanálisis, si persiste en su patología es que no ha alcanzado a saber explicar en qué consiste su problema. Ahora bien, cuando en medicina un tratamiento fracasa es que la teoría sobre la que se basa es incorrecta; Freud insiste en que un tratamiento puede no funcionar -por motivos desconocidos- aunque la teoría sea correcta. Por el contrario, no duda en descalificar tratamientos alternativos que tienen éxito en pacientes sobre los que el psicoanálisis ha fracasado, en tanto que se basan en "teorías erróneas".

Así por ejemplo el psiquiatra freudiano que trate un caso de agrofobia se preocupará por conocer el origen del mal e interminablemente obligará al paciente a que se explaye sobre los más nimios recuerdos de su infancia con la esperanza de poder encontrar una pista que le permita comprender las motivaciones profundas. Aun en el caso -estadíticamente no muy alto- que consiguiera conocer el origen infantil de la fobia, no se asegura que la psiquiatría analítica pudiera curarlo. Un psicólogo no freudiano, conductivista, se limitaría a acompañar al paciente al campo y, por mucho que sea su inquietud inicial, le conminará a que siga allí; hasta que el terror a los espacios abiertos se disipe por sí mismo y el paciente comprueba -a la fuerza- que nada debe temer. El adiestramiento basado en la educación, es anatemizado por los freudianos. En efecto, es más simple, menos costoso para el paciente y aporta menos beneficios al terapeuta...

Sin embargo, es cierto que algunos pacientes del psicoanálisis se curan. Esto no demuestra en absoluto la bondad de la teoría. Generalmente los pacientes acuden a un psiquiatra cuando ya están muy destrozados por la enfermedad; en ese momento ya existen pocas posibilidades de que puedan empeorar más. Por otra parte, es cierto que un porcentaje alto de neurosis se curan por sí mismas despues de hacer crisis, sin ayuda de nadie. En el resto, entra en juego el llamado efecto placebo: es decir, un tratamiento que no aporta nada, absolutamente inócuo pero que al infundir confianza en el paciente, contribuye a sanarlo de sus males, al menos temporalmente. El psiquiatra, como cualquier persona aun carente de titulación académica, pero que sepa escuchar pacientemente, ofrece un punto de apoyo sobre el que propulsar el "efecto placebo".

Ahora bien, también se ha estudiado, el efecto contrario, lo que podríamos llamar "efecto dolebo". Algunas terapias hacen más mal que bien. Obsérvese sino el siguiente relato que tiene como protagonistas al propio Freud y a una de sus pacientes más famosas "Dora", entresacado del libro de Janet Malcom "El psioanálisis, profesión imposible": "Freud trató a Dora como un adversario mortal. La acorraló a gritos, la puso trampas, la empujó hasta los rincones del estudio, la bombardeó con sus interpretaciones, no le dió cuartel, fue tan intratable, a su manera, como cualquier miembro del siniestro círculo familiar de la enferma, fue demasiado lejos y finalmente la echó" (...) "Dora la dijo que había sufrido un ataque de apendicitis. El Freud lo negó bruscamente y perentoriamente decidió que la apendicitis había sido, en realidad, una preñez histérica que expresaba sus insconscientes fantasías sexuales".

Dora era Ida Bauer, apenas tenía 18 años, era inteligente y hermosa, sufría desmayos, catarros y pérdida ocasional de voz, y otros trastornos. A Freud le importó poco el cuadro médico de la joven, muy sensible por lo demás, ni siquiera se tomó la molestia de proceder a un reconocimiento médico clásico. Puede suponerse el trauma que representó para la muchacha el encontrarse sola, encerrada y sin posibilidad de abandonar la sala, con un sujeto que la acosaba con obscenidades, gratuitas por lo demás. A las pocas semanas Dora abandonó el tratamiento en el mismo estado en que llegó.

No ha sido el único caso. Frecuentemente los psiquiatras inducen en los pacientes el tipo de respuestas que quieren obtener: los psiquiatras freudianos obtienen de sus pacientes "sueños freudianos", los psiquiatras "junguianos", obtienen sueños "junguianos"; los pacientes, poco a poco, a lo largo de los extensos tratamientos, cotejan las preguntas y los comentarios realizados por sus terapeturas y, en muchos casos, suelen dar aquellas respuestas que los psiquiatras esperan obtener de ellos. solo así logran evitar el acoso y eludir terrenos que les parecen insoportables. A partir de aquí, a la dolencia específica del paciente se añade una preocupación suplementaria: el evitar el asedio del psiquiatra. No es raro que pacientes que han llegado en momentos en los que se enfermedad remitía, hayan vuelto a recaer en las más profundas depresiones.

El psiquiatra es humano y nada más que humano, los hay alegres y que irradian bondad, los hay amargados y rasgos crispados; parece demostrado que un psiquiatra abierto, afable y simpático ayuda mucho más a la curación del paciente, que otro psiquiatra distante, aburrido y frío. Esto debería bastar para dudar de la oportunidad del métido freudiano: no es la teoría lo que sana, sino el contacto humano, es decir, no es el título académico, sino la calidad humana, lo que puede curar (efecto placebo) o representar un mal mayor (efecto dolebo).

PSICOANALISIS Y JUDAISMO

A poco de iniciar su andadura, la Sociedad Psicoanalítica de Viena cayó en la cuenta de que estaba formada casi exclusivamente por judíos; hasta el punto de que el propio Freud en carta a uno de sus primeros discípulos Karl Abraham, escribió: "Nuestros camaradas arios nos son indispensables para que el psicoanálisis no sucumba al antisemitismo".

Pero en las décadas siguientes la presencia de judíos, siguió siendo anómala en relación al porcentaje de población de esta raza. Según Fulley Torrey en "La muerte de la psiquiatría", el 50% de los psiquiatras son judíos. Existen otras dos áreas en donde la proporción de judíos es anómala, especialmente en el mundo anglosajón: entre los humoristas y entre los revolucionarios de izquierda. Buena parte de las huestes maoistas, troskystas y anarquistas que impulsaron la revolución de mayo del 68 en París, la nueva izquierda americana, son nombres judíos; otro tanto puede decirse de la mayoría de líderes de la hoy semidesmantelada, pero en otro tiempo, fuerte y activa IV Internacional trotskysta. En cuanto a los humoristas, desde Woody Allen, hasta los
hermanos Marx, pasando por Mel Brooks o Louis de Funes, Jerry Lewis, son algunos entre las docenas los judíos que nos han hecho sonreir o reir a carcajadas.

¿Tiene esto algún significado? contrariamente a lo que piensan los antisemitas, el judío revolucionario, o el judío provisto de un humor ácido y corrosivo, o el mismo psiquiatra freudiano, no suelen ser individuos que frecuenten la sinagoga; es decir, no se trata de judíos religiosos, sino laicos que han abandonado su tradición secular. Carlos Marx fue uno de ellos, como también el doctor Freud y una abrumadora mayoría de miembros de la Asociación Psicoanalítica de Viena: Adler, Rank, Nelken, Ferenczi, Stekel, Abraham, etc.

La segregación del judío se produjo a lo largo de la historia por motivos religiosos; él mismo, para preservar su integridad e identidad, se refugió en la sinagoga y en su tradición. Pero en el caso del judaismo, el factor religioso iba íntimamente ligado al factor racial; de tal forma que el alejamiento de la tradición secular, el abandono de la sinagoga, creaba al judío un problema añadido: seguía siendo judío (al menos en sus carácteres raciales), pero no gozaba de la protección, física y/o psicológica de la sinagoga. Y esté problema estaba muy acentuado en Europa Central durante el siglo pasado hasta la caída del nazismo.

No es de extrañar pues que judíos, alejados de su tradición figuren en las vanguardias más disolventes de la política, la cultura, e incluso la medicina. Alejados de su tradición, no les queda más remedio, para sobrevivir, que demoler los residuos que pudieran quedar en la sociedad burguesa. Esto hace que hayan figurado en las vanguardias más radicales y subversivas. Harina de otro costal es intuir su tal actitud es un mecanismo psicológico inconsciente de autodefensa, o bien una toma de postura deliberada. Existen escritos del propio Freud en defensa de la primera posibilidad; los nazis, por el contrario, creyeron en la segunda; se sabe el horror que siguió.

CARL GUSTAV JUNG: PSICOANALISIS ARIO

Freud consciente de que el psicoanálisis corría el riesgo de ser identificado con el judaismo, no dudó en ofrecer la presidencia de la Asociación Psicoanalítica Internacioanal al "Sigfrido suizo", alto, rubio, bien parecido, con rasgos germánicos e inteligencia aguzada: Carl Gustav Jung.
No pasó mucho tiempo sin que Jung y Freud terminarán por pelearse con la misma virulencia con la que otros disidentes anteriores habían abandonado la secta del doctor Freud: Rank y Adler, ambos, por lo demás, judíos.

Si la figura de Jung viene al caso no es solo por que representara el contrapunto "ario" que Freud deseaba encontrar para parar los golpes antisemitas que podía recibir su movimiento, sino porque Jung, manifestó siempre un particular interés por las doctrinas esotéricas y ocultistas. Sus libros sobre la alquimia o el taoismo rescataron del olvido un precioso material procedente de fuentes tradicionales, mucho más valioso que las interpretaciones a que lo somete.

Pero, aparte de esto, Jung fue siempre ajeno al espíritu de las tradiciones que examinaba. De hecho, estuvo más cerca del ocultismo que de otra cosa: él mismo solía utilizar la oui-ja y participar el sesiones espiritistas, pero, en lo esencial, manifestó una incomprensión similar a la de Freud, por las doctrinas esotéricas en las que tanto se interesó.

Jung atenuó la importancia de la sexualidad en los procesos psicológicos, enució la teoría de un inconsciente colectivo en donde anidarían los arquetipos que se manifestaban en las distintas experiencias místicas y esotéricas, y a través de las cuales explicaba la similitud de experiencias paranormales en personas que no tenían nada que ver entre sí.

Dado que Jung representaba el contrapunto "ario" al psicoanálisis judío, su obra fue apreciada en ciertos medios del régimen nazi, e incluso, él mismo, parece que en algún momento albergó simpatías hacia Hitler.

WILHEM REICH, DEL ANTIFASCISMO A LOS OVNIS PASANDO POR LA PSIQUIATRIA

Durante un tiempo fue frecuente que los psicoanalistas terminaran ante el juzgado de guardia: Ernest Jones, introductor del psicoanalisis en EEUU fue denunciado por intentarse sobrepasar sexualmente con una paciente. También en los EE.UU., Wilhem Reich, psicoanalista de origen alemán emigrado, murió en 1956 de un derrame cerebral en la cárcel, donde se encontraba despues de haber sido condenado por un tribunal.

En la Alemania previa al advenimiento del nazismo, Reich había sido una personalidad excepcional su libro "Psicología de masas del fascismo" dió una respuesta, desde la izquierda intelectual a la explicación del triunfo del nazismo que trascendía con mucho los esquemas propios de la ideología marxista. Reich, fue el primero en reconocer que muchos proletarios habían contribuido al ascenso del nazismo, creyó ver en el nazismo, no tanto la dominación de una clase sobre otra, sino de un tipo de represión sexual sobre la libertad de la líbido.
La Asociación de Psicoanálisis Social creada por Reich llevó el psicoanálisis a la clase obrera. Freud mismo había escrito que "la terapia psicoanalítica no era alcanzable para los pobres" debido a sus altos costos.

Sin embargo, la llegada de Reich a EE.UU. hizo que cambiara el objeto de sus investigaciones. Por de pronto se sintió atraido por los OVNIS y por un espacio poco claro entre la mística y la sexualidad. Algunos de los rasgos de su personalidad en los últimos años de su vida demuestran desequilibrios psíquicos profundos.

Reich en los últimos 15 años de su vida desarrolló toda una teoría sobre los OVNIS; sus herederos han preferido cubrir un tupido velo sobre la última etapa de evolución de su pensamiento, especialmente entre 1942 y 1957. De todas formas existen artículos y rastros que permiten reconstruirlo.

Al llegar a EEUU Reich se radicó en Maine creando la comunidad que llamó "Orgonon". luego veremos el porqué del nombre. Todo se inició en 1952 cuando algunos miembros de la comunidad afirmaron haber visto "platillos volantes". Poco a poco fue obsesionándose con la idea de la presencia de naves extraterrestres que supuestamente observaban a la comunidad de "Orgonon". El las llamaba "EA" iniciales de las palabras "Energía" y "Alpha"; sus tripulantes eran llamados CORE, siglas de "Cosmic Orgone Engineering".

Llegó a obsesionarse con la idea de que algunas estrellas eran, en realidad, naves extraterrestres situdas sobre la comunidad de "Orgonon" para vigilarla; construyo un "cloudbuster", más adelante denominado "cañón espacial", que disiparía la energía orgónica negativa -DOR- liberada por las naves extraterretres y causante de las enfermedades del hombre. Estaba convencido que gracias a este instrumento había logrado debilitar algunas "luces azules" estacionadas sobre Orgonon.

Por lo demás la presencia de naves extraterrestes en nuestro planeta estaría dictada por su necesidad de cargarse aquí de energía orgónica positiva (OR) y desprenderse de la negativa (DOR) en forma de polvo negro que provocaría una lluvia y la consiguiente nausea, cianosis y malestar general.

En 1956 es condenado a dos años de cárcel por tráfico ilegal de "acumuladores de energía orgónica" que consideraba el único remedio contra el cáncer... Murió en la penitenciería de Willisburg el 3 de noviembre de 1957. En la última fase de su vida Reich había abandonado la práctica psiquiátrica y proyectaba un nuevo culto basado en el eugenesia y denominado "Hijos del Porvenir"; una parte de sus seguidores renunciaron a sus extravagantes teorías enunciadas tras su llegada a EE.UU., mientras que otros asumieron todos los contenidos, incluidos los ufológicos.

La "teoría orgónica" habla de que una parte del universo está compuesto por "materia orgónica" que se manifiesta en nosotros en el momento de las relaciones sexuales. Contra más acumulación de "orgón" haya, más posibilidad tendremos de llevar una vida equilibrada. De aquí que Reich y discípulos vendieran -y vendan todavía- "acumuladores" de energía orgónica, cuya comercialización fue causa de las desgracias de Reich.

Woody Allen satirizó la imagen de Wilhem Reich en la figura del científico loco de su película "Todo lo que usted quiere saber sobre el sexo y no se atreve a preguntar".

CONCLUSION: EL PSIQUIATRA COMO INVERSION DEL SACERDOTE

Algunos datos elegidos al azar sobre la historia del psicoanálisis son escalofriantes. Los primeros psiquiatras no dudaban que una de las causas principales de la locura era la masturbación. Rush, uno de los fundadores de la psiquiatría norteamericana, utilizaba un sillón giratorio como instrumento terapéutico para "descongestionar la sangre en el cerebro". Es significativo que más del 50% de los pacientes que utilizan el psicoanálisis, abandonen el tratamiento prematuramente: no solo los altos costos de las sesiones les inducen a ello, sino también el no experimentar mejoría alguna. El profesor Hans J. Eysenck, despues de examinar 10.000 expedientes de enfermos mentales que pasaron por la consulta de algún psicoanalista, debió reconocer que no había !absolutamente ninguna prueba de que mejorasen tras el tratamiento! En efecto, la proporción de curaciones era la misma que la que se daba entre los mismos enfermos que habían sanado expontáneamente, sin ayuda de la terapia.

Para colmo, los principales usuarios de la terapia psicoanalítica en Inglaterra son, en un 50% personas relacionadas con el ambiente psicoanalítico, tales como otros psiquiatras, sus enfermeros, ayudantes y sus familiares, es decir gente que "necesita creer" en el psicoanálisis porque de él dependen sus ingresos y su vida cotidiana. En universidades españolas en donde algunas cátedras vitalicias están ocupadas por psiquiatras freudianos y se sigue enseñando freudismo cuándo las nuevas corrientes psiquiátricas lo han sumergido de forma total y para siempre.

El famoso psicoanalista Cesare Musatti, italiano de origen judío, en su libro "Todos somos neuróticos" -título, por lo demás, abusivo- a la pregunta de "Pero usted )le promete al paciente que lo curará?", responde ")Yo? (Ni hablar! Sería un imperdonable eror técnico..." y luego pasa a aceptar la similitud entre el psiquiatra y el sacerdote. En otra parte del libro describe sus propios ataques de paranoia y hacia el final nos cuenta el caso de un psiquiatra milanés que había creado una asociación para atender a los suicidas frustrados. Un buen día, sin motivo aparente, se tiró por la ventana y murió en el acto...

Todo esto contribuye a reforzar la sensación, subjetiva, si se quiere, pero no por ello menos sentida, de que el psiquiatra al estar en contacto con la locura, más que cualquier otra profesión, termina sucumbiendo a la locura, al igual que el bombero tiene más posibilidades de resultar quemado que un vendedor de barquillos.

Se suele considerar que el psiquiatra ha sustituido al confesor, al sacerdote y director espiritual, en su tarea de "escuchar".

Existe cierta similitud entre una y otra actividad, pero solo a costa de realizar algunas precisiones.

El sacerdote no deja ver su rostro en la penumbra del confesionario; el paciente tampoco puede ver a su psicoanalista situado tras el canapé; pero a partir de aquí todo son divergencias: el psiquiatra apenas habla, solo lo suficiente para aclarar algún aspecto de la exposición del paciente, el sacerdote, por el contrario, aconseja, reflexiona, indica el camino a seguir, en absoluto permanece pasivo; no es solo confesor, es también "director espiritual"; no apela al subconsciente, sino a un estadio más profundo de la personalidad, al Alma.

El sacerdote es un mediador -en la palabra "pontífice", pontifex, hacedor de puentes se evidencia más todavía este carácter- entre el sujeto y el dios: le enseña el camino a seguir para transcender del mundo físico al metafísico; el psicoanalista busca solo la salud mental del paciente, no le preocupa su alma y, de hecho, ni siquiera cree que exista. Y así sucesivamente...

Entre el psiquiatra y el sacerdote, existe cierta relación: uno es el reflejo especular del otro; y si bien, en toda imagen reflejada podemos encontrar similitud, una será la inversión de la otra. El psiquiatra es la inversión del sacerdote, como lo sagrado lo es de lo profano. La simbología tradicional considera a Satanás como "el mico de Dios", esto es, el imitador por excelencia. Pues bien, algo de todo esto hay en el freudismo.

lunes, 26 de mayo de 2008

EL ANCESTRO INMEDIATO DEL NSDAP: LA LOGIA THULE



Se ha escrito que la "Logia Thule" era la "rama bávara de la orden de los germanos". Esto es solo cierto a medias y el matiz no deja de tener interés.

Tal como hemos visto, al comenzar la primera guerra mundial la Orden de los Germanos contaba con unos pocos cientos de afiliados, muchos de los cuales partieron para el frente y murieron combatiendo. A la merma física de miembros se unió el cese radical de ingresos en las arcas de la Orden y el cuestionamiento de sus dirigentes; por una y otra parte los grupos locales se independizaron a eligieron nuevos maestres.

En 1916 la escisión más importante, dirigida por Hermann Phol cristalizaría en la fundación de la "Germanenorden Walvater del Santo Grial". Es este sector escisionista quien protagonizaría distintos atentados en la postguerra contra destacados exponentes de la República de Weimar y participando en distintas actividades clandestinas contrarias a la república. A partir de 1916 un oscuro aventurero que empezaba a gozar de cierta fama en medios ocultistas alemanes entrará en contacto con este sector de la Orden de los Germanos y organizará la orden en Baviera. Se llamaba Adam Alfred Rudolf Glauer, pero como tantos otros ariosofistas y pangermanistas místicos, tenía una irreprimible tendencia a adoptar títulos de nobleza, "Von Sebotendorf" en este caso.

El mismo cuenta su vida en la novela "El talismán de los rosacruces", pieza que intenta emular la tradición de los rosacruces alemanes del siglo XVII, uniendo datos interpretables solo en clave mística, a elementos biográficos auténticos.

Como veremos en la biografía de Sebotendorf existen elementos que recuerdan extraordinariamente algunos rasgos de la personalidad de Hitler. Al igual que el futuro führer, Sebotendorf había nacido en el seno de una familia humilde originaria de Prusia, el 9 de noviembre de 1875, cerca de Dresde. En "El talismán..." comenta que sus antepasados por parte paterna fueron franceses. Glauer-Sebotendorf era, como Hitler, un desarraigado, alguien sin patria clara, sin oficio ni beneficio. A los veintitrés años, tras haber finalizado sus estudios técnicos se embarca visitando diversos países y entrando en contacto -en ocasiones muy profundo- con distintas tradiciones y escuelas iniciáticas. Visitará Egipto en junio de 1900, donde entrará a trabajar para Abbas Hilmi durante tres años, pero buena parte de ese tiempo lo pasa en Constantinopla.

Puede comprenderse así que Sebotendorf a lo largo de sus obras teóricas demuestra un conocimiento real y directo de las culturas egipcia y turca.
No puede olvidar que Turquía por aquellas fechas disponía de una fuerte tradición esotérica y ocultista y que, por tradición, era un camino hacia oriente: se decía que Nicolás Flamel y su mujer Perrenelle habían sido vistos por última vez en Turquía camino de Oriente. También se sabe que antes de la guerra de los Treinta Años, los auténticos Rosa+Cruces abandonaron Europa en dirección a Oriente y, sea simbólica tal marcha, lo cierto es que Turquía excepcionalmente discretos pero no por ello menos activos. En 1914, Mahmud Mukthar Pacha, a quien se ha relacionado con Fulcanelli, asistió a dos trasmutaciones de plomo en oro en Constantinopla. El alquimista que operaba bajo el seudónimo de Fulcanelli contaba 75 años, llevaba operando en el laboratorio alquímico hacia casi 30.
Pues bien, es en esta Turquía mágica de principios de siglo en donde Sebotendorf se inicia en el estudio del ocultismo y de las religiones tradicionales. Entra en contacto con los derviches giróvagos de Mevlevi cuando ya habla con fluidez el árabe que aprendió del imán de la mezquita de Beykoz. Pero sus contactos no se limitarán al islam: buscará la relación con kabalistas hebreos tras haber entrado en contacto con la familia Termudi de origen judío y con ellos visitará las pirámides de Egipto estudiando sobre el terreno el esoterismo faraónico. Los Termudi eran también franc-masones afiliados al Rito de Menfis, llamado también rito Oriental fundado en 1839. Pues bien, Sebotendorf es iniciado por uno de los Termudi en este rito y con posterioridad heredará la copiosa biblioteca ocultista de esta familia. Será en el interior de uno de estos libros en donde Sebotendorf encontrará unos apuntes -al parecer de Hussein Pacha- en los que se describen series de ejercicios especiales de meditación tal como los practicaba la secta derviche de los Bakhtâshi. Tales apuntes son el material de base que utilizará Sebotendorf para componer su libro sobre "Las prácticas operativas de la franc- masonería turca" sobre el que volveremos al final de este capítulo.

En 1908 Sebotendorf regresa de Turquía con la convicción de que el esoterismo islámico y el germánico tienen un solo y mismo origen. Pero no hay que conceder excesivo crédito a estas fechas: si bien parece cierto que Sebotendorf estuvo en los lugares que dice en "El talismán..." no parece que fuera en los tiempos que afirma. Sea como fuere, al parecer en ese año de 1908 tuvo problemas legales siendo procesado por fraude en Berlín; tras este incidente, regresa a Constantinopla y trabaja para una colonia judía procedente de Kiev; en esos momentos Turquía vive un período de agitación política en la que la logia a la que pertenece Sebotendorf juega un papel decisivo. En efecto, la masonería turca tenía una serie de correas de transmisión de carácter político, una de las cuales era la Sociedad de Unión y Progreso. Una vez más la masonería actuó como ariete de las revoluciones liberales contra las monarquías absolutas. Este proceso se repitió también en Turquía en donde la masonería contaba unos tentáculos bien implantados en la sociedad.

En 1910-1 publicará su libro sobre la "Práctica operativa de la franc-masonería turca" y habrá fundado una logia en 1910 en Beyoglü. A esta logia debería pertenecer el auténtico barón "von Sebotendorf von der Rose", un noble alemán residente en Turquía y fallecido allí. Este barón, cuya familia hundía sus orígenes en las marcas germanas del Báltico en las profundidades de la Edad Media, adoptó a Adam Rudolf Glauer, nacionalizado turco desde 1911 y, al morir, le cedió su título nobiliario.

En octubre de 1912 se enrola en el ejército turco y combate en sus filas heroicamente en la guerra balcánica, pero cuando estalla la guerra mundial se encuentra nuevamente en Alemania. Para entonces ya ha forjado unas ideas místico-políticas relativamente bien definidas: de Turquía ha traído la componente mística (antimaterialismo, doctrinas pan-otomanas que luego traducirá en su versión germánica, doctrinas rosacrucianas, etc.), y en el curso de la guerra, contemplando la revolución bolchevique y el ascenso de los movimientos radicales de izquierda, asumirá un anticomunismo radical.

En septiembre de 1916 leerá uno de los múltiples anuncios por palabras con los que la Orden de los Germanos buscaba nuevas adhesiones. Será así como contactará en Berlín con Hermann Pohl el cual lo introducirá en su rama cismática que justo en esos momentos se está gestando.
Sebotendorf establecerá su residencia en Baviera y emprenderá los trabajos para reconstruir la orden en esa región; para ello recibirá de Pohl una lista de interesados en el proyecto y de antiguos miembros de ligas ariosóficas y ocultistas. A lo largo de 1917 el papel de Sebotendorf en la Orden de los Germanos crece progresivamente llamando poderosamente la atención sus propuestas de crear órganos de difusión de las ideas de la Orden. Así nacerá a principios de 1918 la revista "Runas" y un boletín interno será publicado con posterioridad.

A partir de la asunción de la jefatura de la orden por Sebotendorf las ideas ariosóficas y ocultistas se extienden con rapidez inusitada en Baviera. A principios de 1918 había logrado reunir ya a 200 adheridos y que seis meses después ya se habrán multiplicado hasta llegar a 1.500 entre afiliados y simpatizantes. Entre ellos se encontrarán los hermanos Walterspiel, propietarios del Hotel de las Cuatro Estaciones que será utilizado, no solo como sede de la logia Thule, sino también como cuartel general de Hitler en cada uno de sus desplazamientos a Munich. Esa rama bávara de la Orden de los Germanos pasará a estar organizada como logia y adoptará el nombre de Thule.

¿Por qué Thule? Este nombre estaba siempre presente en las doctrinas ariosóficas. Era una especie de "lugar de origen", polo de irradiación de la raza aria que Sebotendorf y los suyos identificaban con Islandia. Los nombres de las otras logias de la Germanenorden Walvaten del Santo Grial eran igualmente evocadores de su voluntad de arraigo con la tradición germánica: así las logias de Alemania Central se llamaban Logias Goden, en honor a los antiguos sacerdotes de las tribus germánicas, equivalentes a los druidas celtas; las lógicas del Oeste adoptarán en nombre de Scaldos, poetas escandinavos; las de Prusia y Pomerania serán las logias Walsungen, hombres sabios...

Inicialmente la orden será dirigida por un grupo de burgueses medios: Georg Gambatz, Johannes Heining y Alfred Rohmeder. El grupo empezó a desarrollar actividad pública en el Hotel de las Cuatro Estaciones y no parecía haber en ella nada secreto. No se exige a los nuevos socios ninguna preparación especial; el sistema de admisión, calcado del teosofismo, presuponía que el recién llegado debía pasar por el estadio de "probacionismo", que en Thule se llamará "grado de amistad" y colocará al neófito en el atrio del templo de la sociedad. Inicialmente no se les pide otra cosa que ser fieles a la tradición germánica. Deberán facilitar una fotografía que Sebotendorf examinará para descubrir en los rasgos antropométricos huellas de sangre extranjera. Así mismo, deberán jurar la pureza de su sangre hasta la tercera generación. Un largo cuestionario completará los trámites de afiliación. El emblema de la orden que recibirá cuando el barón dé el visto bueno al nuevo adherido, consiste en una espada antepuesta a la rueda solar y entre ambas, a su vez, dos hojas de roble. El postulante jurará fidelidad a la logia y a sus principios en una ceremonia de admisión presidida por el barón, que pronunciará las palabras rituales:
"- Así como volvéis a estar entre nosotros, lo que estáis haciendo es regresar a vuestra comunidad. Reencontráis Thule. Con nosotros alcanzáis el imperio invisible y eterno de nuestros antepasados del Norte".

Pero todo esto quedaba radicado en el terreno del exoterismo y, es cierto, que en Thule existía un "círculo interior" compuesto por los iniciados de mayor grado. El neófito siguiendo unos cursos de capacitación y recibiendo las enseñanzas adecuadas alcanzará los grados de "Huesped" y "Hermano". Los "Hermanos" formarán un "colegio esotérico de la orden". Hess, Rosemberg y Frank, luego altas jerarquías del Reich, pertenecieron a este círculo.
El barón Sebotendorf, dotado de un especial talento y sensibilidad para la propaganda, es consciente de que si la Orden quiere realizar un trabajo "exotérico" de envergadura precisa dotarse de instrumentos adecuados y de ahí nace la idea de comprar o editar un diario. Por unos pocos miles de marcos adquirirán el "Munchener Beobachter", el que luego será el diario más difundido del Tercer Reich.

Sebotendorf había pagado 5.000 marcos por el Beobachter, una de tantas publicaciones de barrio que aparecía todas las semanas en Munich. De siempre había tenido un barniz antisemita y germanista que Sebotendorf acentuará en sus editoriales, alternándolos con artículos sobre deporte. Una sociedad de responsabilidad limitada, la Franz Eher Verlag Kachf, fue puesta en pié con un capital de 120.000 marcos, buena parte de los cuales pertenecía a miembros de la Thule, entre otros de Gottfried Feder, principal teórico en economía del NSDAP. En noviembre de 1921 las acciones de la sociedad fueron entregadas a Hitler en su calidad de miembro del NSDAP.
El 17 de agosto de 1918 se constituyó oficialmente la orden con una ceremonia en el curso de la cual Sebotendorf entrega el grado de "amistad" a 20 nuevos afiliados y consagra los locales. A partir de ese momento las reuniones y los cursos tendrán lugar los sábados.
Pero los tiempos son turbulentos: el Reich ha pedido el alto el fuego. La izquierda, galvanizada por el ejemplo de la Unión Soviética, prepara la insurrección armada y multiplica las agitaciones en medios obreros y militares. El 7 de noviembre de 1918 se precipitan los acontecimientos y Kurt Eisner toma el poder en Baviera. En los días siguientes conseguirá consolidarse si bien de forma precaria. El 9 de noviembre los hombres de Thule se reunen y movilizan y al día siguiente deciden la constitución de un "Kampfbund" (grupo de combate), a modo de correa de transmisión de la orden.

* * *
El período Thule/Kampfbund es turbulento. La asociación debe defenderse y contraatacar. Sebotendorf organiza equipos entre sus partidarios, que se infiltrarán en las organizaciones de izquierda y en el aparato de seguridad del Estado. Se da la circunstancia de que en varias ocasiones los locales de la sociedad son registrados precisamente por policías miembros de la misma sociedad. Sebotendorf se ha preocupado también de infiltrar a los guardias rojos y crear un gabinete de falsificación de documentos. Rudolf Hess, por su parte, se curte en todas estas actividades clandestinas.

Un comando del Kampfbund de Thule intenta secuestrar a Kurt Eisner en persona el 4 de diciembre de 1918. El fracaso de la operación y la detención de algunos conspiradores hacen que la oficina de la policía política logre descubrir un depósito de armas y registra el Hotel de las Cuatro Estaciones, sede de la orden.

El 22 de diciembre Sebotendorf marchará a Berlín para asistir a las celebraciones del solsticio de invierno programadas por la Orden de los Germanos. Lleva, no solo los buenos oficios de la logia bávara, sino también un manifiesto al pueblo alemán. Allí le sorprende la revuelta spartakista solventada en una semana gracias a la intervención de los cuerpos francos. Von Sebotendorf presenciará sobre el terreno y en primer línea el papel y el éxito de los "freikorps" y, cuando regrese a Berlín habrá pergueñado el proyecto de creación de una organización de este tipo destinada a restablecer el orden en Baviera.

El kampfbund de Thule es reconvertido en "Freikorps Oberland" justo en el momento en que los judíos Axelrod, Levien y Levine proclaman en Baviera la República de los Consejos Obreros: aterrorizado, el gobierno socialdemócrata huye a Bamberg donde se establece. Sebotendorf no quiere ser solo el dirigente de una secta, sino que su mente, políticamente muy hábil, se mueve en función de posibilidades más realistas. Esto es algo más que mero pragmatismo, es la lucidez de alguien que -como el mismo Hitler- tiene madera de gran conductor político.
De ahí que ante la nueva situación creada en Baviera el 7 de abril de 1919, Sebotendorf y los suyos, que han despreciado siempre al partido socialdemócrata, vean en el gobierno Hoffman, exilado en Bamberg, a un eventual aliado circunstancial.

Después de indecibles peripecias Sebotendorf logra salir de Munich arriesgando su vida. Se planta en Bamberg y allí negocia una cooperación con el SPD y el gobierno bávaro en el exilio. Thule organizará una fuerza de choque destinada a liber Baviera, fuera que será reconocida por el gobierno bávaro. Con esta iniciativa el peso político de los pocos cientos de hombres de la Logia Thule, crecerá de manera inesperada.

acontecimientos, Sebotendorf ordena a sus fieles la dispersión y el paso a la clandestinidad. Mientras, él y algunos oficiales de la Thule constituirán el Freikorps en su forma definitiva. El hombre de la operación es el teniente Kurtz y, junto con Sebotendorf, ambos proyectarán una "marcha sobre Munich". De Bamberg marchará a Nuremberg abriendo oficinas de reclutamiento y dando mitines para reforzarlo. Por fin, el Domingo de Ramos de 1919 el "cuerpo franco" Oberland es constituido.

Oberland es una creación exclusiva de la Sociedad Thule; dirigido por un Estado Mayor de oficiales miembros de la Logia, con von Beck al frente, los tenientes Kurtz y Hess, la oficialidad y la tropa reconocen sus ambiciones en una sola consigna: "!A Munich!". El ambiente de aquellos días es de exaltación, cerveza y tensión ideal. Un ambiente de Lansquenetes o el propio de cualquier cuerpo de élite. La Segunda Compañía se pondrá en marcha el 26 de abril y el 29, los 350 voluntarios del Oberland parten hacia Munich "la roja".

El 2 de mayo, encontrándose en los arrabales de la capital bávara se producen violentos combates con los guardias rojos que costarán la vida a varios voluntarios de Thule. En la noche del 2 al 3 de mayo, los miembros del Oberland, implacables en su avanzar, penetrarán en el centro de la capital y, como para demostrar su vinculación a la Logia Thule, establecerán la sede de su cuartel general en el Hotel de las Cuatro Estaciones.

La represión es dura. Solo cuando liberan la capital bávara, los hombres del Oberland advierten que en la noche del 26 al 27 de abril los guardias rojos han logrado detener a siete miembros de la Thule, entre ellos al príncipe Gustav Turn und Taxis, la baronesa Hella von Westrup y Walter Nauhaus, secretaria de Thule la primera y antiguo combatiente del frente occidental durante la guerra, herido en varias ocasiones y "Guardián de las Genealogías" en la Orden de los Germanos, el segundo. Los siete rehenes serán fusilados cuando los miembros del Oberland estaban llevando la sangre y el fuego por los arrabales de Munich.

Cuando la situación se ha calmado, el 5 de mayo reaparece el "Munchener Beobchter" con un llamamiento a los fieles de la Logia Thule: no son momentos para enarbolar doctrinas esotéricas, ni ariosóficas, sino para ajustar las cuentas con los guardias rojos. La represión desencadenada contra la izquierda será terrible.

El fusilamiento de los rehenes de la logia Thule y el cuerpo franco Oberland, contribuyeron a que la rama bávara de la Orden de los Germanos tuviera una influencia superior al resto de las logias regionales de la orden. La República de los Consejos Obreros y las luchas civiles que siguieron crearon un clima de venganza y rencores que, como bien subraya Goodrick-Clarke "permitió prosperar a los movimientos extremistas como el nacional-socialismo".

Los combates durarán todavía una semana. En ellos Ritter von Epp y el capitán Rohem, de entonces 32 años, destacarán entre todos. Von Epp tendrá un importante papel en todas las conspiraciones que se sucedan bajo la República de Weimar, protagonizadas por los "freikorps". En cuanto a Rohem, de esa época data su compromiso político. A partir de esa fecha empieza a considerarse "soldado político". Otro destacado protagonista de aquellas jornadas es, ya lo hemos dicho, Rudolf Hess, el alemán de Alejandría, aficionado a las ciencias ocultas desde muy joven, de heroico comportamiento en la infantería de choque germana y luego voluntario de los primeros escuadrones de la Lutwafe, se alistará en Regensburg en el Oberland; en sus filas resultará herido en una pierna y, al igual que Rohem, dará que hablar en el futuro.

Arreglada la situación en Baviera, el Oberland se convierte en una unidad llamada Primer Batallón de Tiradores B´varos y como tal participa en los combates de Alta Silesia y en el asalto a Amaberg en Polonia. Pero ya son otros momentos: el equipo que dió vida inicialmente al Oberland se ha dispersado y el espíritu de Thule se ha reducido casi hasta desaparecer. Incluso un oficial del Batallón llega a quemar un ejemplar del "Munchener Beobachter" en público. La aventura militar de Thule ha terminado.

* * *
A partir de ahí el papel de la Logia Thule pasa a ser político y su papel irá en disminución a medida que aumente el peso del NSDAP: aquella mengua para que éste crezca. Es preciso examinar y valorar en su justa medida el papel de la Logia Thule en el nacimiento y desarrollo del NSDAP.

En la introducción de su libro "Antes de que Hitler viniera", Sebotendorf explica textualmente que Hitler en sus primeros meses de actividad pública se apoyó en tres fuerzas políticamente organizadas y dependientes de la Logia Thule: el Partido Alemán de los Trabajadores, fundado por el "hermano" Karl Harrer en Munich y el Partido Socialista Alemán de Hans Georg Grassinger, y, por supuesto, en la misma Logia Thule. Sebotendorf concluye: "De estos tres grupos, Hitler hizo el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán". Pero los tentáculos de la Logia Thule llegaban todavía más lejos. Es curioso contemplar que en el Hotel de las Cuatro Estaciones, sede de la Thule y propiedad de dos de sus miembros, tenían igualmente sede otros movimientos, más o menos, correas de transmisión de la orden: el Partido Nacional Liberal de Hans Dhan, al Deutsche Schulverein de Wilhem Rohmeder.

De entre todas estas correas, una tendrá particular éxito y hay que remontarse a octubre de 1918 para contemplar su origen. Por esas fechas, Sebotendorf estaba persuadido que las clases obreras solamente podían ser desvinculadas del marxismo si se oponía a éste una ideología de sentido contrario. Sebotendorf creía que esta ideología podría serla ariosofía (ocultismo teosófico pangermanista). Para extender la ariosofía constituyó, por medio de Karl Harrer, el Politischer Arbeiter-Zirkei, entre cuyos miembros se encontraba Anton Drexler y cuyo secretario era Michel Lotter. Este pequeño grupo duró de octubre de 1918 a enero de 1919; el día 5 de ese mes Drexler propondría la transformación en partido, el Partido Alemán de los Trabajadores. Como no podía ser de otra manera para un partido que pretendía hundir sus raíces en la tradición obrera alemana, la fundación tuvo lugar en una cervecería. El nuevo partido apenas tenía 24 miembros, la mayoría de ellos ferroviarios.

Regularmente el DPA organizaba reuniones publicas y debates. El 12 de septiembre de 1919, un hombre oscuro, enviado por la inteligencia militar, asistirá en calidad de espía a un acto público celebrado por la naciente organización. Se llamaba Adolf Hitler. El 20 de febrero de 1920, Hitler ocupa ya la dirección del partido y lo transforma en NSDAP.

No todos los miembros de la Logia Thule ingresan en esta formación. Los motivos son dos: en primer lugar, no todos estaban interesados en la actividad política, a pesar del período de politización de la sociedad alemana de la época, buena parte de los efectivos de Thule son hombres y mujeres interesados única y exclusivamente en el ocultismo. En segundo lugar, el mismo nombre que Hitler da a "su partido" indica cuales son las áreas preferenciales de reclutamiento "partido obrero alemán nacional socialista", se busca, efectivamente, reclutar "trabajadores alemanes" a fin de realizar un "socialismo en la nación alemana", un "verdadero socialismo"; a tales objetivos no podían comprometerse -al menos en esos momentos iniciales del nazismo- buena parte de los miembros de la Thule: en la lista de afiliados se encuentran tres componentes fundamentales y una línea de tendencia, en primer lugar los hombres y mujeres de Thule son -por este orden- profesionales liberales (frecuentemente juristas), nobles aristócratas y militares; la tendencia general dominante es burguesía media-alta.

Contrariamente a lo que se ha dicho, Hitler jamás conoció a Sebotendorf. Sin embargo, es cierto que su mentor político-ideológico en aquella época fue Dietrich Eckart y que ambos eran "Hermanos Visitantes" de la Logia Thule. Cuando Hitler ingresa en el círculo de Thule, Sebotendorf ya ha abandonado Munich (lo hará exactamente el 26 de junio de 1919, siendo cuestionado por parte de la asociación y acusado de haberse comportado con excesiva ligereza en la custodia del archivo de miembros de la logia que, al caer en manos de los bolcheviques, ocasionará la detención y el fusilamiento de los rehenes durante las jornadas insurreccionales de abril del 19. La última presencia de Sebotendorf en una reunión de la Logia Thule data del 22 de junio de 1919.

Hitler sentía verdadera aversión por todo lo que se refería a sectas y al espíritu sectario. Su vocación era la de presidir un gigantesco movimiento nacional abierto a amplias masas populares; atacaba con frecuencia la mentalidad conspirativa de los grupos völkisch y no se recata en "Mein Kampf" de dirigir acusaciones contra esta forma de hacer política-ficción.
Poco a poco, Hitler va eliminando los rastros del espíritu de Thule en el NSDAP y la mayoría de los siete miembros del antiguo DAP son excluidos de la dirección o remitidos a puestos puramente protocolarios. Es cierto que Hans Frank, Rosemberg y Hess, "hermanos" de Thule, ocuparon posteriormente cargos de máxima responsabilidad en el Tercer Reich. La partida de Sebotendorf y la ruptura de Hitler con Thule entrañaron la crisis de la logia que se iría desdibujando progresivamente y desaparecería en el curso de los años veinte.

Sebotendorf-Glauer asumió en 1920 la dirección de la prestigiosa revista de astrología alemana "Astrologische Rundschau". En 1923 se trasladará a Suiza -de donde es su segunda mujer- y vivirá allí hasta 1924. De 1926 a 1928 -imposible obtener datos de como lo consigue- es nombrado cónsul honorario de Méjico en Estambul. Mas tarde -también es imposible establecer los motivos y los fines- se desplaza a Estados Unidos y América Central. En 1933 regresa a Munich -Hitler ya ha alcanzado el poder- con el título de Caballero de la Orden Imperial de Constantino, sociedad patriótica y con aspiraciones iniciáticas turca.

Pero su nueva estancia en Alemania se prolonga poco. Intenta aprovechar la presencia de destacados hermanos de la Logia Thule en el nuevo régimen para relanzar las actividades de la orden y escribe diversos artículos y un libro -"Antes de que Hitler viniera"- en el que se autoconsidera como el precursor del nazismo. No es que sea falso: es que el nuevo régimen no le interesa sacar a la luz pública estos aspectos ocultos de su prehistoria.

Existen dos fichas de las SA sobre Sebotendorf: una da cuenta de su encarcelamiento el 29 de enero de 1934 y otra del 2 de marzo del mismo año, fecha en que es liberado. De las dos ediciones de su libro sobre Hitler y la Logia Thule, la primera edición se agotará a los pocos días y la segunda será retirada por la administración. Sebotendorf tenía ya sesenta años y había perdido ese atractivo de madura estampa noble y germánica. Se había separado de su mujer en 1928 y empezaba a tener dificultades económicas.

Sobre el final de la Sociedad Thule, Sebotendorf es muy explícito en el capítulo XIV explica que el 9 de noviembre de 1923 se produce el fracaso del golpe de Munich, el golpe de la cervecería: "El funesto acontecimiento había inducido a los miembros del partido, guiados por el actual primer alcance de Munich, Fiedhler, a afiliarse, en su mayoría, a la Logia Thule, para tener alguna forma de proseguir, gracias a tal actitud, la acción propagandística emprendida, haciendo que Adolf Hitler, de regreso a la cárcel de Landsberg, pudiera nuevamente reunirlos en torno suyo".
No se entiende bien este fragmento, sobre todo cuando Sebotendorf después de hablar de "afiliarse mayoritariamente", un párrafo después confiesa que en 1925 la Logia Thule tenía apenas 25 afiliados. En 1926, siempre según sus cifras, se habían reducido a 5 y en junio de 1930, terminó disolviéndose.

Regresó como pudo a Estambul y durante la guerra colaboró con la inteligencia alemana lo que le permitió sobrevivir aun a pesar de que su superior consideraba sus informes como de dudosa utilidad. En septiembre de 1944 se rompen las relaciones entre Alemania y Turquía. Sebotendorf recibe una pequeña paga para mantenerse durante un tiempo. Cuando el dinero se agota Glauer-Sebotendorf se siente sin fuerzas, quizás se considera un fracasado, quizás ya no cree más en sus capacidades de astrólogo y vidente o quizás sienta que ha perdido ese magnetismo que le permitió edificar en pocos meses una poderosa logia, un cuerpo franco y protagonizar la reacción anticomunista en Baviera o atraer a primeras figuras del futuro Reich.

El 9 de mayo de 1945, no solamente el Gran almirante Doenitz firmaba la capitulación, sino que lejos del Berlín destruido, en los acantilados del Bósforo, Sebotendorf se suicidaba. La fuente originaria de este datos procede de Herbert Rettinger, su superior jerárquico en la inteligencia alemana en Estambul, el cual lo recibió de otro de sus antiguos colaboradores en Turquía. Incluso en el acto final del suicidio la vida de Hitler y la de Sebotendorf son paralelas.
* * *
Hasta aquí la peripecia de la Logia Thule. Se la puede considerar en rigor como precedente directo del nazismo: fue de la Logia Thule de quien el nazismo tomó buena parte de sus temas. Un miembro de la Orden de los Germanos desde 1913 y luego de la Thule, Friedrich Krhon, en 1919, presentó al DAP una memoria sobre la svástica, proponiendo como distintivo partidario este símbolo sobre un disco blanco en el centro de una bandera roja. Hitler aceptó la idea y el 20 de mayo de 1920 se utilizó en público por primera vez. Se trataba de una svástica destrógira, similar a la utilizada por los teosofistas. Así pues, a un tiempo, la Thule proporcionó el símbolo del nazismo, el futuro órgano de expresión del NSDAP y los núcleos organizados política que aprovecharía Hitler en sus inicios.

Pero ¿en qué consistía la doctrina de Thule? No existen documentos para que podamos reconstruir la totalidad de su doctrina. Solamente se la puede inferir a partir de tres documentos fundamentales: 1) los escritos ideológicos del propio Sebotendorf, 2) los escritos ariosóficos de List y 3) parte de la obra de Alfred Rosemberg "El mito del siglo XX". Las dos últimas han sido ya mencionadas en otros capítulos, respecto a la primera vale la pena realizar unas acotaciones.
La obra de Sebotendorf entra de lleno -como hemos dicho al principio- en la tradición neo-rosacruciana, una tradición mística e interiorizada cuyo objetivo final era "la construcción del Halgadom", equivalente en la doctrina Rosa+Cruz a la "edificación de las columnas del Templo Interior", con la variante de que Sebotendorf otorga al concepto una vigencia a la vez trascendente y contingente.

Escribe en "Antes de que Hitler viniera":
"El alemán no ve nunca el fin. No ve más que el camino. La Germanenorden y, sobre todo, el Geheimbund deben definir este fin. Este será la construcción del halgadom".

Jean Mabire, comentando este concepto, apunta:
"Este templo del Halgadom es, a la vez, espiritual y material. Pertenece a la tierra y al cielo, al pasado y al porvenir. Es el equivalente del Arca de la Alianza del pueblo israelita. Es el reino terrestre donde va a renacer el espíritu de Thule. Es el imperio de todos los germanos".


Esta concepción del Halgadom se encuentra igualmente presente en Rosemberg y en su "Mito del Siglo XX" e igualmente reaparece en toda su integridad en los mitos que animaron a las SS en la última fase de la guerra.

El "Halgadom" era el imperio de todos los germanos, la forma política superior a la nación, regida por principios metapolíticos que debería reflejar las tradiciones y concepciones de la vida y del mundo de los pueblos germánicos.

El imperio se construía con la espada. Esta lucha equivalía a la "pequeña guerra santa" de las concepciones islámicas, una lucha contra el enemigo exterior y contingente. Pero ¿y la "gran guerra santa", la lucha contra el enemigo interior, ¿cómo podrá practicarse?

viernes, 23 de mayo de 2008

TEILHARD DE CHARDIN

LUCES Y SOMBRAS EN TORNO A UNODE LOS IDEOLOGOS DE LA NEW-AGE

Uno de los puntales en los que encuentra inspiración el movimiento "New Age" es el jesuita Pierre Teilhard de Chardin hasta el punto que algunas tendencias lo reconocen como precedente y extraen de él buena parte de sus ideas y justificaciones (Sondra Ray, Robert Coon, etc.). Puede decirse que el movimiento "New Age" si acepta algo del cristianismo es la noción de Cristo Cósmico que plantea el padre Teilhard.

No se trata de un pensador fácil de leer, su obra se sitúa en el cruce entre la filosofía, la teolofía y la ciencia. Teilhard fue el primero en buscar argumentaciones científicas para sus intuiciones místicas, algo que posteriormente han hecho desde Fritjof Capra hasta Stanislas Grof y que antes ya había ensayado el abate Roca. Pero como todos los precursores su obra es discutida por muchos y, en su conjunto, las luces y las sombras se alternan de manera inquietante. Su figura, indiscutible en ambientes católicos progresistas hasta hace quince años, está hoy en revisión.

PRIMEROS PASOS

Nació en un castillo al oeste de Clermont, cerca del Puy-de-Dôme en el seno de familia aristocrática. Desde muy niño recibió una esmerada educación religiosa, sin embargo, también desde muy niño, su pensamiento estuvo escindido entre dos fidelidades que entraban en contradicción : el espíritu y la materia. El propio Teilhard de Chardin cuenta que "... a los seis o siete años empecé a sentirme atraído por la materia, o más exactamente por algo que "resplandecía" en el corazón de la materia". Explica que jugaba con piezas de hierro en las que veía algo que trascendía la mera materia y más adelante prosigue : "Me abstraía en la contemplación, en la posesión, en la existencia soberana de mi <>". A lo largo de toda su obra, como veremos, intentó resolver la contradicción entre espíritu y materia.
Con esa precoz mentalidad ingresó en el colegio de los jesuitas de Villefranche-sur-Saône, una escuela religiosa y aristocrática. Finalmente, terminaría entrando en la Compañía de Jesús, cuando la orden fue expulsada de territorio francés y la mayoría de sus miembros -con el propio Teilhard- pasaron a residir en la isla de Jersey.

En 1905 terminó sus estudios de filosofía y teología y en 1912 será ordenado sacerdote. En ese período gozó de cierta fama la obra del ya mencionado abate Roca, que inspiró presumiblemente parte del pensamiento intelectual de Teilhard. Enviado por la Orden como profesor a un establecimiento de El Cairo; allí, como producto de su admiración por la materia, empezará a interesarse por la paleontología. Son los años en los que las ciencias sufren un importante tirón : se empieza a teorizar sobre la radioactividad y, poco a poco, se va penetrando en la estructura atómica de la materia, en ese mundo que tanto seduce al padre Teilhard.

Años después escribirá que, desde su juventud, ya estuvieron claras las orientaciones que iba a mantener durante toda su vida : "De una y de otra parte de la Materia, la Vida y la Energía : las tres columnas de mi visión y de mi beatitud interiores". Sostiene que entre materia, vida e inteligencia, no hay ruptura, sino continuidad. El evolucionismo se iba imponiendo, poco a poco, en la época, y el padre Teilhard va estableciendo las bases de lo que será su concepción del mundo y que, casi podríamos llamar, un "meta-evolucionismo", es decir, una concepción de la evolución de los organismos, desde la materia inerte hasta el Espíritu puro.

Después de ser movilizado durante la primer guerra mundial y de participar en el frente como camillero, protagonizará el fraudulento caso de Piltow, del que hablaremos detalladamente más adelante. Luego, emprenderá una serie de viajes a Extremo-Oriente que le llevarán a excavaciones en China. Cuando regrese, será ya un hombre famoso y sus doctrinas, aun sin estar suficientemente cimentadas en datos objetivos, siendo más bien productos de una síntesis del pensamiento teológico y de doctrinas científicas, será mirado por simpatía extramuros de la Iglesia Católica, como el esfuerzo de un sector del clero intelectual, por adecuar progreso científico y fe cristiana.

EL ESCANDALOSO CASO DEL "HOMBRE DE PILDTOW"

A principios de siglo el evolucionismo no se había impuesto todavía como doctrina oficial ; si bien sus teorías sobre la evolución animal habían logrado seducir al mundo científico, cuando aludían al hombre, la oposición por parte de distintas confesiones y creencias religiosas era cerrada y, lo que es peor, apoyada en bases objetivas : efectivamente, no se había encontrado el "eslabón perdido" entre el simio y el hombre, hasta el punto que algún biólogo, irónicamente, pudo decir que el hombre era el animal más antipático para los darwinistas...

Los evolucionistas de la época dedicaron todos sus esfuerzos a encontrar esa cadena de eslabones perdidos que, vistas las diferencias entre el simio antropoide y el hombre, debían ser varios. Pero el pitecántropo -medio simio, medio hombre- no aparecía y lo que era peor, los evolucionistas habían hecho de su hallazgo una cuestión de principios, hasta el punto de que llegaron a falsificar distintos restos para presentarlos como los ansiados eslabones perdidos. Hay que recordar que, a principios de siglo, la ciencia aun no había establecido la datación por medio del carbono 14 y era imposible analizar la veracidad o falsedad de los restos. Los darwinistas de principios de siglo no eran esos mansos científicos que buscaban solo el progreso de la ciencia, atacados por el oscurantismo religioso... eran gentes capaces de mentir para demostrar la veracidad de sus afirmaciones ; frecuentemente estaban situados en el terreno de la filosofía positivista, anti-religiosa por definición y empeñada en demostrar la inexistencia de Dios a través de un ataque al "fijismo" o "creacionismo", doctrina que supone que las especies son inmutables y fueron creadas por Dios.

El padre Teilhard se encontró implicado en dos escándalos de falsificación de restos antropológicos. El más famoso, sin duda, fue el caso de lo que la ciencia dió en llamar "hombre de Piltow". Hasta los años cincuenta, los libros de textos de las escuelas enseñaban que en la población inglesa de Piltow se había encontrado el fósil de un hombre-mono al que se llamó "Eoantropus dawsoni", su cráneo era humanoide, mientras que la mandíbula de características simiescas, tenía una dentición que correspondía a las razas humanas actuales, especialmente el canino, radicalmente distinto del propio de un mono antropoide. La comunidad científica no dudó que se trataba del famoso eslabón perdido y así se enseñó en los libros escolares...

Pero en 1954 a alguien se le ocurrió realizar un análisis pormenorizado de los restos a la luz de las nuevas tecnologías de datación. El "Hombre de Piltow" no pudo soportar ninguan de las pruebas : se trataba de una burda falsificación. El cráneo simiesco era, efectivamente, del pleistoceno, pero la mandíbula correspondía a un humano muerto a principios del siglo XX, envejecido mediante colorantes químicos insertados mediante un proceso de cocción. Los famosos dientes habían sido limados para hacerlos corresponder con dimensiones y formas humanas ; en cuanto al canino, procedía de Francia. La articulación de la mandíbula con el cráneo, estaba rota y había desaparecido, seguramente para evitar que se pudiera advertir que no correspondía a la misma caja craneana ... ¿Qué había ocurrido ?

Charles Dawson en 1912 fue quien descubrió los restos del cráneo; en sus trabajos fue ayudado por Sir Paul Woordward y el padre Teilhard du Chardin. Dawson solo encontró la mandíbula falsificada tras la llegada del jesuita y, si bien es él quien encontró la mandíbula, no está comprobado que fuera él quien la falsificó. Al año siguiente, el propio Teilhard descubrió el polémico canino...

En su momento, el descubrimiento sacudió la conciencia de la humanidad y hoy nos resulta muy difícil intuir las repercusiones que tuvo, pero que no serían inferior al nacimiento de la microinformática : algo, efectivamente, que rompe con las creencias anteriores y supone una brusca innovación, un salto de gigante en la perspectiva científica. Buena parte de la fama de Teilhard du Chardin procede de este descubrimiento que proporcionó fundamentación científica a sus teorías. Cuando se descubrió la falsificación de Piltow, en los años 50, las culpas recayeron inmediatamente sobre Dawson, sin que las pruebas contra él fueran, en absoluto, concluyentes. Por entonces Dawson era solo conocido en reducidos medios científicos, mientras que el Padre Teilhard había alcanzado fama mundial por sus atrevidas teorías. Dawson, el eslabón más débil, pechó con la culpa de la falsificación. Sin embargo, no iba a ser la única.

EL "HOMBRE DE PEKIN", SEGUNDA SOMBRA

En 1927 volvió a repetirse el fraude. Davidson Black descubrió casualmente un diente humano en la maleta de un chino que vendía chucherías. El diente le llamó la atención por su presumible antigüedad ; supo que había sido encontrado en una cueva próxima a la ciudad de Chu-ku-tien. Black viajó a la cueva y no encontró nada nuevo; poco después, recibió la visita del padre Teilhard. Justo tras la llegada del jesuita se encontró un segundo diente. Los hallazgos fueron de tal calibre que la Fundación Rockefeller financió, por mediación de Teilhard, las excavaciones con una generosa entrega de 20.000 US$.

Esta aportación económica permitió proseguir los trabajos con más método. Se encontró una gruta con varios pozos, uno de ellos de siete metros de profundidad, repletos de cenizas mezcladas con algunos cráneos de monos, con la frente más amplia ; paradójicamente no se encontraron restos de fémures o vértebras, huesos que, como se sabe, se conservan mucho mejor que los cráneos.

Los paleontólogos dedujeron que si había cenizas y piedras, era porque los cráneos pertenecieron a individuos capaces de encender fuego y, gratuitamente, consideraron que, a la vista de los restos, eran hombres-mono... Poco después, en 1932, realizando nuevas excavaciones en la misma cueva, se encontraron, en el estrato superior, tres esqueletos completos de "Homo Sapiens" con los mismos tipos de piedra que habían sido encontrados en el pozo e interpretados como instrumentos del sinántropo : el hallazgo constituyó un golpe demoledor para demostrar la veracidad del pretendido eslabón perdido.

Sin embargo, los libros de texto infantiles siguen considerando al Hombre de Pekín como un antepasado del hombre actual. Afortunadamente para sus descubridores -Teilhard du Chardin incluido- en 1941, los restos del Hombre de Pekín fueron embarcados hacia EE.UU. pero desaparecieron por el camino, evitándose el amargo trago de la prueba del Carbono 14 que, sin duda, no hubieran soportado. El prestigio del padre Teilhard se hubiera desmoronado.
Estos dos episodios son voluntariamente olvidados en todas las biografías que le han consagrado sus partidarios. Si bien no existe ninguna prueba concluyente de que fuera el padre Teilhard el falsificador, lo cierto es que fue la única persona que vivió extraordinariamente de cerca ambos casos y que los hallazgos más polémicos se realizaron siempre en su presencia. Ningún detective precisaría muchos más datos para inculparlo por fraude científico. Es más, los dos hallazgos contribuyeron a cimentar sus distintas teorías sobre la antropogénesis, de tal manera que, podemos decir que si no fué él el falsificar, al menos la falsificación jugó a su favor. Es mismo detective hubiera afrontado la investigación preguntándose ¿a quién beneficia el delito ?...

DEL MICROORGANISMO AL CRISTO COSMICO.

En "Science et Christ", el padre Teilhard escribe : "La Evolución es hija de la Ciencia, al fin y a la postre, la fe en Cristo puede ser muy bien la que salvará mañana en nosotros el gusto de la Evolución". En estas pocas líneas están implícitas las tres dimensiones del pensamiento de Teilhard, la científica, la teológica y la mística.

Su concepto de la evolución va más allá del puramente biológico darwinista. Evolución es, para él, cualquier cambio o transformación de algo ; la evolución sigue distintos niveles progresivamente más complejos. Teilhard concibe el proceso de formación del Cosmos -su cosmogénesis- como un proceso dinámico y evolutivo siempre en movimiento ascendente. Dentro de esta cosmogénesis se desarrolla la biogénesis (nacimiento de la vida en el seno del universo material inanimado) que, a su vez, es seguida por la antropogénesis (aparición de la especie humana, a través de la línea ascendente de la evolución de los seres vivientes) ; pero el proceso no se detiene ahí. Su cosmogénesis no termina en la aparición del mono antropoiode, sino en la inclusión de éste en lo que denomina "noosfera" (del término griego nous, pensamiento), que es el terreno de la vida consciente propia del hombre. La diferencia entre el mono antropoide y el hombre, para Teilhard, no es otra que el desarrollo de una serie de habilidades, unida a la toma conciencia de sí mismo.

Tanto mayor es esa conciencia de sí, tanto mas queda perfeccionado el concepto de lo humano; así pues, la experiencia mística, supondrá la cima ansiada por la naturaleza humana, un punto que parece escapar a la materialidad y alzarse hacia algo que está mucho más allá de ella. Y aquí Teilhard introduce un nuevo concepto que explica cual es el impulso que guía esta nueva etapa de la evolución, la "amorización", esto es, el acto de impregnar a la sociedad humana en su actual etapa de desarrollo, con las energías del amor orientándolo a un fin cualitativamente superior. Es evidente que Teilhard ha tenido una experiencia mística similar a la que Arthur Koestler describió como "conciencia oceánica", esto es, un estado de conciencia, diferenciado de la ordinaria, en la que el observador ha logrado escapar a una percepción dual del universo y se sitúa más allá de toda contradicción, sin conflictos, ni rupturas ; del mundo de la dualidad ha pasado al de la Unidad, al del Todo. Este tránsito hace que el místico perciba el universo como armonía o amor. La lectura de los textos de Teilhard induce a pensar que, a lo largo de toda su vida, intentó racionalizar en clave científica, una apertura interior de conciencia, probablemente expontánea o generada por algún traumatismo existencial (acaso la experiencia vivida en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial) o quizás por su condición de sacerdote y jesuita (meditando según las indicaciones del fundador de la Orden, San Ignacio de Loyola).
La "amorización" abre las puertas a la fase final del proceso evolutivo, lo que Teilhard llama "Punto Omega".

PROFETA DE LA NUEVA ERA. SU INFLUENCIA : EL PUNTO OMEGA

Llegado a este límite, Teilhard quiere superar el estadio de la física y del resto de ciencias de la materia, para alcanzar un nivel que se sitúa más allá de estas ramas del saber, pero más acá de la metafísica. Es lo que llama "ultra-física" y que concibe como un estadio sintético del conocimiento científico que se preocupa, no solo de los fenómenos observables, sino del sentido global del universo.

Una parte esencial de la "ultra-física" es el concebir el sentido de lo humano en la etapa siguiente de la evolución que nos lleve a un estadio superior al actual. Es lo que llama "lo ultra-humano". Teilhard lo percibe como un estadio post-personal. En efecto, en su presumible experiencia mística, sintió aquello que han experimentado los místicos y los meditadores de todos los tiempos : la disolución de la personalidad en el todo cósmico. La abolición de las barreras del mundo de la dualidad que conlleva la experiencia mística, acarrea igualmente la destrucción de la diferencia entre el Yo y el no-Yo. La persona siente fundirse con el Cosmos y Teilhard, nuevamente, intenta dar a esta experiencia mística, una interpretación a medio camino entre la ciencia y la teología. Este es el aspecto más problemático de su concepción del mundo, pero también el que ha atraido más interés por parte de los intelectuales de la "New Age".

El estadio final de la evolución del cosmos se encuentra en lo que Teilhard llama el "Punto Omega", en alusión a la última letra del alfabeto griego y a la frase bíblica en donde Dios dice "Yo soy el Alfa y el Omega, el principio y el fin". La marcha hacia Dios es el fin último del proceso evolutivo y la razón de ser del Cosmos. La evolución de los distintos organismos vivos converge en Dios. La humanidad es hija de Dios, derivada de El, vuelve a El ; de ahí que la teología de Teilhard identifique humanidad con Cristo.

En su proceso de perfeccionamiento, la Humanidad irá aboliendo las barreras personales entre unos y otros seres ; es lo que Teilhard llama el ?proceso de socialización? (tendencia de la humanidad a constituir una comunidad humana cada vez más organizada y unificada). De la misma forma que el mono antropoide evolucionado, un día llegó a tener conciencia de sí mismo, la humanidad del futuro, siguiendo este proceso de ascensión y convergencia, acabará teniendo una conciencia colectiva y unitaria. Y esta conciencia le otorgará la naturaleza de Cristo. La "cristogénesis" de Teilhard implica que la humanidad del futuro es el "Cristo Cósmico" o "Cristo Universal" : Cristo encarnado en una humanidad que, teniendo conciencia de sí misma, y siguiendo la lógica evolutiva -siempre en busca de estadios más avanzados y perfeccionados de desarrollo- termina identificándose con Dios.

En ese momento se habrá llegado al "Punto Omega", límite máximo y punto de convergencia de toda la Evolución.

Cambiando algunos términos, en especial aquellos que están íntimamente ligados a las concepciones católicas de las que parte Teilhard, se puede percibir sin mucho esfuerzo que su teorización fue aprovechada por los intelectuales de la "New Age". Lo que Teilhard llama "socialización" es la tendencia global que los "newagers" atribuyen a la Era de Acuario, que consideran era de la humanidad por excelencia. El concepto de "cambio de paradigma" que Teilhard no menciona con estas palabras, está sin embargo implícito en su visión del mundo, cuando dice que cada nivel evolutivo contribuye a un cambio global de perspectiva. Cuando Teilhard dice en su libro "La Misa sobre el Mundo" que hay fuerzas que nos hacen contemplar el rostro de Dios, pero solo otras suficientemente intensas permiten que "despertemos en el seno de Dios", aludiendo con otras palabras a la diferencia entre exoterismo y esoterismo, entre la creencia en Dios y en la Trascendencia de un lado y en la experiencia de la Trascendencia en el propio corazón de lo humano, esto es, lo que la "New Age" considera un "estado diferenciado de conciencia".

¿SACERDOTE MATERIALIZADO O MATERIALISTA ESPIRITUALIZADO?

Hasta aquí el pensamiento y la obra de Teilhard de Chardin, con sus luces y sus sombras, con sus intuiciones geniales y las sospechas planeando sobre algunos de sus hallazgos. No importa, nadie puede negarle el ser el precursor de algo que otros muchos, después de él, han divulgado y reescrito en términos más accesibles para el público y desde perspectivas situadas extramuros del catolicismo romano, en el cual Teilhard siempre permaneció, si bien en sus márgenes.
El padre Teilhard no fue en absoluto apreciado por la teología católica. El 30 de junio de 1962, casi una década después de su muerte, el Santo Oficio publicó una réplica a su filosofía de la vida, justo en los momentos en que su obra gozaba de mayor prestigio y popularidad : "... en el plano filosófico y teológico, sus obras están repletas de ambigüedades e incluso errores graves que ofenden a la doctrina católica".

La réplica afecta, fundamentalmente a las cuestiones de teología, excepto en un punto de carácter más universal y metafísico. El Santo Oficio identificó el eslabón más débil en la cadena de razonamientos de Teilhard : su concepción del espíritu como un estado evolucionado de la materia. Una concepción que es implícitamente compartida por los exponentes más brillantes de la Nueva Era.

Teilhard fue, a nuestro modo de ver, un producto de su tiempo. Su interés por dar un contenido católico a la doctrina de la evolución fue motivado por los excesos de la polémica evolucionismo-fijismo de principios de siglo ; como teólogo y hombre de ciencia que era, intentó conciliar ambos puntos de vista. Por lo demás, eran también los tiempos en los que la Internacional Comunista efectuaba su gran embestida en los años 20. Teilhard era consciente que el marxismo se apoyaba en una doctrina pretendidamente científica, racionalista y economicista hasta lo inhumano, que ganaba adeptos entre la intelectualidad ; Teilhard intentó contrarrestar la visión del mundo del marxismo con una cosmogénesis que, salvando los aspectos que consideraba esenciales en el catolicismo, le diera una fundamentación científica. En rigor hay que decir que no lo consiguió... El Santo Oficio en 1962 dió constancia que "...sus escritos, en numerosos puntos, están mas o menos en oposición con la doctrina católica". Hasta el siglo XVIII sus libros hubieran resultado quemados... y, posiblemente, también él hubiera sufrido el mismo destino.

Desde nuestro punto de vista, el error de Teilhard consistió en intentar racionalizar y buscar una fundamentación científica a aquello que es una experiencia interior. Un viejo cuento sufí explica que un místico se fue al desierto a meditar y vió a Dios. Al volver sus conciudadanos le preguntaron : "explícanos lo que has visto". El, mediante aproximaciones y parábolas intentó dar una visión aproximada. Algunos de quienes le oyeron, fundaron una nueva religión y estuvieron dispuestos a morir y a matar por su fe. Pero ¿cómo unas pobres palabras pueden describir la experiencia de lo Divino ?. A Teilhard le ocurrió otro tanto : ¿cómo las ciencias físicas pueden interpretar lo que está más allá de ellas y en otra dimensión, la meta-física? Entre ambas áreas del conocimiento existe una experiencia cualitativa y no solo un grado de evolución. Lo que interesa al místico es la vivencia mística, no racionalizar los procesos mediante los cuales ésta se genera. De hecho, las escuelas místicas de todos los tiempos han prescrito el silencio y el secreto ; los taoistas incluso han explicitado que "quién habla de la Vía, se aleja de la Vía". Teilhard se perdió en su intento de explicar "la Vía" y su destino.

LAS FUENTES DE TEILHARD: EL ABATE ROCA

No existe ni una sola biografía de Teilhard de Chardin, ni un solo comentarista de su obra que la haya vinculado a los trabajos del abate Roca. Roca es, en el fondo, un semidesconocido incluso en los medios ocultistas actuales; sin embargo, existe tal cantidad de paralelismos que no cabe poner en duda que Teilhard de Chardin conociera su obra y que tomara de él algunas ideas esenciales. Roca era católico, ocultista, socialista y pretendía lograr un entendimiento entre la iglesia y el racionalismo representado por la masonería. La obra completa de Roca jamás se ha editado en otra lengua que el francés y nunca ha sido reeditadas. Su lenguaje, por lo demás, es el propio de las agrupaciones ocultistas de finales del siglo pasado, sin pretensiones científicas, sin interés en ser aceptado por los grandes foros culturales de su tiempo, sino solo por aquellos a quienes iba dirigido su obra. A diferencia de Roca, Teilhard tiene la habilidad de volver "presentables" las ideas del primero, darles una altura científica y teológica y rescatarlas del olvido en el que habían caído a poco de ser publicadas.

Nacido en 1830, Roca había sido educado en los carmelitas y prosiguió su formación religiosa en el seminario siendo ordenado sacerdote en 1858. En 1869 fue nombrado canónigo honorario de Perpignan, cuya proximidad a la frontera le permitirá viajar frecuentemente a España en donde residirá durante un período; en nuestro país se vinculará con medios socialistas utópicos que le impregnarán con su humanismo mesianista. También residirá durante algunos años en Estados Unidos, Suiza e Italia. En el curso de todos estos viajes aprovecha para forjarse una amplia cultura ocultista para la que intenta ganar a sus alumnos -es profesor en varios colegios religiosos- y a otros sacerdotes. A poco de concluir el Concilio Vaticano I, tras haberse declarado contrario al Decreto de Infalibilidad Papal, es suspendido a divinis.

Roca no había sido el primer sacerdote en pasar a las filas del ocultismo. En los últimos años del siglo XIX y primeros de este, toda una cohorte de sacerdotes franceses se sintieron ganados, no solo por el ocultismo, sino muy frecuentemente por el satanismo. Antes de que Stanislas de Guaïta, fundara su Orden Kabalística, el ex-abate Lacuria ya difundía textos rosacrucianos. El abate Jeannin había abierto una librería en la rue de Trevise, que no tardó en convertirse en un santuario de agnósticos y librepensadores. Por su parte, el abate Sauniere, del pequeño pueblo de Rennés-le-Château y sus otros dos compañeros de andanzas, el abate Boudet y el abate Gellis, terminaron moviéndose en el entorno de la Rosa Cruz de Josephin Peladan, mientras que otros sacerdotes belgas habían terminado vinculados a grupos satanistas. Roca, por su parte, frecuentó sociedades secretas ocultistas, martinistas y cabalísticas. En todas estas organizaciones, era apreciado y frecuentemente requerido para que pronunciara conferencias e impartiera cursos, no solo en la Escuela Esotérica de "Papus", sino en otros cenáculos parisinos. Los ocultistas admitían que todo sacerdote, por el rito mismo de la ceremonia de ordenación, recibía un carisma sobrenatural que ni siquiera la excomunión papal podía sustraerle. Roca gozó de la amistad, la confianza y la camaradería del colegio rector de la Orden Kabalística de la Rosa Cruz, en especial, de su alma, Stanislas de Guaïta a quien saludaba en un escrito diciéndole: "Mi muy querido hermano en Jesucristo: No reniego de ninguno de los principios de vuestra enseñanza que es la mía. Estamos de acuerdo, mi querido hermano, en todos los puntos de la doctrina esotérica". Colaboró en "El Velo de Isis" y en "La Iniciación", no solo con escritos sino ampliando su difusión en los medios católicos a los que tenía acceso. Afirma no reconocer otra "iniciación" que la que "la Cristo hizo a los doce y luego a los setenta y dos".

Como precursor de otras tendencias que eclosionaron en el seno de la Iglesia durante la segunda mitad del siglo XX, Roca fundó una revista titulada "El Socialismo Cristiano"; poco después escribía al franc-masón y ocultista Oswald Wirth una carta presentándole la revista: "No necesito deciros que "El Socialista Cristiano" no tiene otro objetivo que el de favorecer la iniciación de los sacerdotes y de los católicos al conicimiento del esoterismo que es la ciencia oculta y trascendente no ya de la letra, cuyo reinado ha concluido, sino del Espíritu, cuyo reinado empieza". En tres libros -"El Cristianismo, el Papa y la Democracia", "El glorioso centenario" (de la Revolución Francesa), y, fundamentalmente en "El final del mundo antiguo"- Roca presenta sus ideas que sintetizan tres conceptos: cristianismo, ocultismo y socialismo. Cuando el marqués Saint Yves d'Alveydre, difundió las ideas sobre la sinarquía (etimológicamente, mando de muchos), Roca se adhirió entusiásticamente hasta el punto de que Saint Yves agradecido, le envió una carta de felicitación por su obra "El final del mundo antiguo". Escribió una apasionada carta al Gran Oriente de Francia e la que se manifestaba sinarquista convencido: "A la anarquía que, tanto en religión como en política nos viene dividiendo, tiene que suceder pronto la sinarquía, es decir, el reino impersonal de la ciencia, de la justicia y de la economía sociales, gobernadas por instituciones impersonales en que los principios lo sean todo y los príncipes, por muchos ropajes y colorines que lleven encima, no sean nada".

Roca era lo suficientemente inteligente como para advertir que, aun compartiendo las ideas ocultistas, las organizaciones que las defendían no eran lo suficientemente fuertes como para afirmarlas, así que era preciso impregnar a la franc-masonería con esas ideas. En principio existían suficientes puntos comunes entre ocultismo y franc-masonería para que no se tratara de una tarea imposible. El sincretismo masónico debería de abrir las puertas a un culto universal que unificara "ciencia" e "iniciación". Este nuevo culto religioso tiene como dios supremo, no a un ser individual, sino a la propia Humanidad: "La humanidad que, a mis ojos, se confunde con Cristo de un modo mucho más real de lo que los místicos habían creído hasta ahora", escribe Roca, en "El final del mundo antiguo", y más adelante: "Si Cristo-Hombre es, como el Verbo encarnado, Hijo único de Dios, es también, en consecuencia, el Universo entero y, especialmente toda la Humanidad o, mejor dicho, la innumerable serie de las Humanidades viajeras".
Progresivamente Roca fue afinando estas ideas hasta llegar al Congreso Espiritualista Internacional celebrado del 9 al 16 de septiembre de 1889 en el Gran Oriente de Francia, bajo la presidencia de honor de la duquesa de Pomar (lady Caithness). Allí Roca dijo: "Mi Cristo no es el del Vaticano", explicando que "Cristo evoluciona y se transforma. Nadie detendrá el torbellino de Cristo, nadie frenará el tren de la evolución que Cristo conduce por los mundos y que lo arrastrará todo". Los dogmas evolucionan con él, ya que son "algo viviente como el mundo, como el hombre, como todo ser orgánico". Es imposible no realizar un paparelismo con la idea teilhardiana del "Cristo Cósmico". Tanto para Teilhard como para Roca, "Cristo es el Hijo único de Dios, la esencia misma de todo el universo visible e invisible, manifestado en la Humanidad, identificado con ella".

A partir de su excomunión, Roca impregnó todos sus libros con un creciente espíritu antipapista: "El nuevo orden social -había escrito, por ejemplo- se implantará al margen de Roma, sin Roma, a pesar de Roma, contra Roma (...) El viejo papado, el viejo sacerdocio, abdicará de buena gana ante el Pontificado y ante los sacerdotes del futuro, que serán los del pasado convertidos y transfigurados con vistas a la organización científica del Planeta a la luz del Evangelio". Roca es también precursor de la "teología de la liberación". El 26 de julio de 1891 había escrito en su revista "El Socialismo Cristiano": "El cristianismo puro es el socialismo, el socialismo evangélico". Donde Teilhard habla de insertar el Verbo en el elemento cósmico, Roca, el precursor, había sintetizado la misma idea con el concepto de "inoculación". Apurando esta idea, Roca la lleva hasta la Virgen María, que no sería sino "la manifestación del principio femenino".

Finalmente, Roca como Teilhard auguran el advenimiento de un orden nuevo, esa era será la era de la humanidad, y el nuevo humanismo que cabalgará con ella traerá consigo la pacificación de las conciencias y la tranquilización de los espíritus, será una nueva era de igualdad universal. En otras palabras, será la "New Age" de la que hablan hoy los herederos y discípulos de Teilhard.
Cuatro años después de que Roca escribiera su carta al Gran Oriente de Francia, sufrió una embolia y quedó ciego. Los medios integristas y antimasónicos tomaron su brusca muerte como un castigo divino. Sin embargo el sacerdote habia cumplido más de setenta años y superaba con mucho la edad media de la época...

miércoles, 21 de mayo de 2008

LAS POLITICAS DE LA NEW AGE

Recordábamos que los teóricos de este sector -en especial Marilyn Fergusson y David Sprangler- teorizaban hasta la saciedad sobre el "nuevo paradigma" en todos los terrenos del conocimiento... salvo en el de la política. Y cuando lo hacían, sus escritos eran de una exasperando ingenuidad. Estaba claro que querían contornear el problema plegándose a considerado como políticamente correcto. Lo que no implica que sea ni justo, ni verdadero. En este artículo hemos querido profundizar en esa dirección analizando las distintas huellas e influencias que destilan los escritos seudopolíticos de la "New Age". Tales son nuestras conclusiones.


La correlación entre el activismo contracultural y social de los años 60 y primeros 70 era demasiado evidente como para que desapareciera toda huella en la fase siguiente, la "New Age". Así como, en general, la contracultura tuvo una traducción política habitualmente de izquierda radical y utópica, el perfil político del "newager" tiene unas raíces más profundas, si bien con un carácter mucho más desdibujado.

Las raíces fabianas

El fabianismo es una de las variedades peor conocidas de socialismo. Es difícil encontrar en lengua española más de tres páginas dedicadas a los fabianos en las distintas y voluminosas historias del socialismo (en 1984 escribimos algo sobre este tema en nuestro libro "Los amos del PSOE" y pudimos ver la extrema pobreza de documentación sobre el tema que existe en España). Y sin embargo, una parte de los "newagers" reconocen a los fabianos como precursores.
Fundada en 1884 por el matrimonio Webb, la Sociedad Fabiana tomó este nombre de la historia de Roma. Existió un general, Quintus Fabius Máximus, que durante meses hizo creer a Aníbal y a sus cartagineses que Roma accedería a una paz honrosa. Los cartagineses, confiados en sus posiciones ventajosas, aceptaron negociar con Quintus Fabius, quien solo pretendía ganar tiempo para ir mejorando las posiciones, reforzando la retaguardia y reorganizando las legiones. Quintus Fabius fue, por esto, llamado "el contemporizador" y su estrategia se mostró acertada. F. Podmore, uno de los fundadores de la Sociedad Fabiana escribió. "Es preciso saber esperar el momento oportuno, como Fabio hizo pacientemente en su lucha contra Aníbal a pesar de las críticas de que era objeto por su lentitud; cuando llegue el momento, hará falta atacar como hizo Fabio"...

Los Socialistas Fabianos querían "contemporizar" con el capitalismo, reformarlo gradualmente (también se ha llamado al fabianismo, "socialismo gradualista") y evitar todo choque frontal entre las fuerzas sociales emergentes y el poder. Estaba aun caliente la masacre de St. Peter's Field, más conocida como la "Matanza de Peterloo" (las fuerzas represivas fueron mandadas por Lord Wellington, el vencedor de Napoleón en Waterloo); este episodio, con 11 muertos y 500 heridos, convenció a la clase obrera británica de la imposibilidad de un asalto frontal al poder.
Algunos de los primeros fabianos (los Webb, Herbert Georg Wells, Bertrand Russel, Leonard y Virginia Woolf, William Morris, Georg Bernard Shaw, etc.) habían sido simpatizantes del socialismo utópico y esteticista teorizado por Jhon Ruskin. Socialistas, pero no marxistas, utópicos en sus ideales, pero suficientemente realistas como para buscar vías estratégicas tangibles, inspirados en ideales filantrópicos, fraternos y progresistas, los fabianos constituyeron un sector de socialistas místicos, muchos de cuyos miembros frecuentemente pertenecían a sociedades ocultistas y teosóficas; pronto los fabianos constituyeron un grupo de presión dentro del Partido Laborista y pusieron en marcha verdaderos centros de formación de cuadros, el más importante, sin duda, la London Economic School, en donde, a partir de su fundación en 1894, se han ido formando las élites ilustradas de la finanza y el poder, frecuentemente movidas por inspiraciones filantrópicas y humanitarias.

La estrategia fabiana se centraba en la penetración en el Partido Laborista y en la acción municipal. La idea del matrimonio Webb anticipaba la propuesta de los "newagers ("pensar globalmente, actuar localmente") y pretendía "encontrar soluciones administrativamente factibles a los problemas sin preocuparse de la filosofía subyacente" (C.D. Cole). Los fabianos querían actuar fundamentalmente a través de los niveles administrativos y municipales más próximos a la población. Este trabajo y un conjunto de prestigiosos intelectuales y científicos, harían posible la transformación de la sociedad en un sentido progresista.
Pues bien, uno de los primeros fabianos fue H.G. Wells, el famoso autor de novelas de ciencia ficción. Wells terminó peleándose con los Webb, pero su libro "La conspiración franca" expone, no tanto los ideales personales del autor, como las reflexiones que había realizado durante sus casi veinte años de colaboración con la Sociedad Fabiana. Y este libro -un verdadero manifiesto- ha sido muy tenido en cuenta por los teóricos de la "New Age".

Cuando Marilyn Fergusson titula a su famoso libro "La conspiración de Acuario", lo hace evocando la figura y el libro de Wells y considera explícitamente que la acción de los "newagers" pretende llevar adelante lo teorizado por Wells y su equipo. Estos fabianos pretendían que el poder cambiaría cuando por presión de las bases de la sociedad, cuando éstas hubieran, a su vez, cambiado. Y para eso pretendieron asaltar el poder municipal, pues de él dependían las reformas que más pronto llegaban al ciudadano y a través de él se podía incidir sobre la educación. La componente mística era evidente; el primer capítulo del libro de Wells se titulaba "Necesidad de una religión para la vida humana". Hablaba implícitamente de holismo: "La conspiración franca debe ser heterogénea", decía. Sentó las bases de una comunidad mundial: "la alegría del bienestar físico habrá de ser un día patrimonio general de la Humanidad" (...) "La conspiración franca es el despertar de la humanidad".

Pues bien, todos estos elementos se encuentran presenten en la "New Age" que ha agradecido en muchos textos y reconocido la paternidad de ideas que adeudan a Wells.

Restos de la resaca contracultural

El fin de la guerra del Vietnam, la represión (proceso a los "ocho de Chicago"), la dimisión de Nixon, el cansancio por años de activismo sin avances patentes, fueron causas objetivas encadenadas que desmovilizaron los grupos pro derechos civiles y pacifistas, anexos al movimiento de la contestación contracultural. Con la mayoría del SDS desmovilizado, las fuerzas de izquierda perdieron terreno, el mismo feminismo moderó sus postulados, desaparecieron los grupos armados -"Watherman" y "Black Panther"- y muchos contestatarios se reciclaron en "movimientos de potencial humano", sectas orientalistas, grupos de "psicología transpersonal", etc. En muchos de ellos el recuerdo de sus orígenes políticos siguió presente aun en forma de rescoldo.

Jerry Rubin, uno de los "ocho de Chicago" (procesados por los altercados durante la celebración del Congreso Republicano en esa ciudad a finales de los 60) reconoció el error de la contestación: "El movimiento espiritual es el verdaderamente revolucionario. Si no hay autoconciencia, el activismo político se convierte en un perpetuo ciclo de irritación... Yo no podía cambiar a nadie sin haberme cambiado a mí mismo". Rubin, en el fondo era el paradigma de lo que había pasado con la contracultura. Agitador en 1965, veinte años después siempre empezaba sus conferencias mostrando su tarjeta de crédito Master Card.

El contracultural americano terminó integrado en el sistema que pretendía destruir. Su capacidad de adaptación fue impresionante; muchos de ellos alcanzaron puestos de responsabilidad en las administraciones republicanas y demócratas y el mismo Clinton, ligado al movimiento contra la guerra del Vietn-Nam, ha llegado a la Casa Blanca. Ya que no era posible la revolución social, mejor optar por la revolución "interior". Era una nueva orientación adecuada al tiempo de reflujo.

Pero siempre en el movimiento de la "New Age" permanecerá el recuerdo de la contracultura a la hora de organizarse y seleccionar algunos métodos de acción: el feminismo se moderará y reciclará en forma mística, el pacifismo y la ecotopía cobrarán renovados bríos.

Tanto la contracultura como la Nueva Era son integrados por sus partidarios dentro de la historia americana entendida como una búsqueda de libertad: la libertad de todo vínculo de opresión nacional sería el leit-motiv de la guerra de la independencia y de lo que ha sido llamado el primer gran despertar de la espiritualidad americana (proliferación de grupos masónicos que inspiraron, con Washington y Franklin al frente, la constitución y la Declaración de Independencia), la liberación de todo vínculo físico y de la esclavitud, sería el tema del segundo gran despertar y de la guerra de secesión; entonces proliferaron, primero grupos religiosos específicamente americanos (adventistas, mormones, testigos de jehová) y luego sectas ocultistas (espiritistas, teósofos y neo-rosacrucianos). El tercer gran despertar, que se coagularía en una parte de la contracultura y en la "New Age" tiene como tema central también la liberación, pero ahora solo del cuerpo y de la mente.

Mundialismo universalista

A lo largo del siglo XIX un pastor unitario, Ralph Waldo Emmerson, ministro de la Old North Chrusch de Boston, se separó de su iglesia y llevó la idea protestante del libre examen a sus consecuencias límites. A finales de siglo la Iglesia Unitaria, nombre que adoptaron los partidarios de Emmerson, empezaron a difundir ideas muy abiertas y plurales, ecumenistas, en definitiva.
Emmerson había pertenecido al "Trascendentalist Club", un grupo político-religioso que pretendía seguir una tercera vía entre el tradicionalismo y el materialismo. Defendían la superioridad del espíritu y la necesidad de fundamentar sólidamente la verdad religiosa; para ello proponían utilizar el alma iluminada por una especie de luz interior. En la práctica, Emmerson defendía un idealismo panteista que traducía en una temática holística recogida posteriormente por la New Age.

La Iglesia Unitaria y Universalista, constituida en 1961 siempre ha estado teñidas de un carácter extremadamente liberal y abierto, sus ceremonias son, en la práctica, asambleas de discusión sobre temas, dentro de un marco completamente desprovisto de ritualismo y muy liberal. Muchos de los contraculturales y "newagers" pertenecieron a esta comunidad religiosa, uno de cuyos puntos era precisamente el "mundialismo". Si Dios es universal, si se encuentra en todas partes y se manifiesta en cada objeto del cosmos, si todo hombre debe estar unificado con los demás, si Dios está en todo, las fronteras, las divisiones de clase y nacionalidad, huelgan y por tanto lo adecuado a esta situación es un gobierno mundial.

Algunas de estas ideas eran defendidas por fabianos y teósofos (sin que entre unos y otros pudiera establecerse una frontera sólida, sino una amplia ósmosis) y a partir de la tercera generación de teósofos, en algunas ramas del movimiento la idea universalista se convirtió en tema central.

En los años 20, la teósofa Alice Ann Bailey, fundó Lucis Trust -que inicialmente se llamó "Lucifer Trust"- sosteniendo la idea de que defendía la idea de que a un "gobierno mundial" correspondería una "religión mundial". Tras la segunda guerra mundial, Alice Bailey consideró que la "era de la luz" se había iniciado en 1945 con la creación de las Naciones Unidas, organismo en el que veía el embrión de un gobierno mundial. Algunos de los fundadores de las NN.UU. (Trigve Lye, Dag Hammarskjold, sus primeros Secretarios Generales) compartían estos mismos ideales hasta el punto de autorizar la apertura de una "Sala de la Meditación" en la sede de las NN.UU. en Manhattan, que ha sido considerado como el primer templo de la "religión mundial". La sala que responde a una geometría esotérica tiene en su centro un altar de magnetita y un cuadro de resonancias khabalísticas.

Finalmente, el "mundialismo" universalista ha pasado a ser, la definición del "newager" ante la cuestión nacional. La "Nueva Era" implica la superación de todo nacionalismo y la proclamación de un ecumenismo, a veces con rasgos sincréticos.

Ultraliberalismo y estrategias de acción

Los valores de la política "newager" muy frecuentemente se confunden con los del ultraliberalismo, tanto en su acepción americana (no tanto como doctrina económica, sino como forma de comportamiento no sometida a limitaciones ni más reglas que la ética y la moral) como en su consideración más europea. En efecto, las críticas de la "New Age" respecto a la economía de mercado son casi inexistentes. Ni un solo "newager" ataca directamente el "viejo paradigma económico" basado en el dominio del capital y en los vaivenes del mercado. Las críticas se refieren solo a los prejuicios causados por los sistemas de producción a la naturaleza.

Las posturas "newagers" en este terreno son muestra de su idealismo utopista y del desconocimiento global de la naturaleza del "viejo paradigma económico". De hecho buena parte del movimiento vive de ese mismo mercado y de la colocación en él de sus productos. ?Cómo iban a criticar aquello que les permite vivir?

Por otra parte, no se plantean en ningún momento modalidades efectivas de acción y de organización. Su idea defendida por Marilyn Fergusson y los que le van detrás es que, primero todos debemos cambiar; llegaremos a ese cambio mediante la discusión de ideas y la experimentación del nuevo paradigma. Cuando todos hayamos cambiado, el mercado y el sistema de producción-consumo, cambiará automáticamente. Sería bueno que los "newagers" explicaran, no solo cómo van a cambiar de mentalidad los magnates del capital internacional, sino también los hambrientos del tercer mundo.

En cuanto al modelo organizativo, es libertario. Los "newagers" lo llaman SPINs (Segmented Polycentric Integrated Networks: Redes integradas policéntricas segmentadas): "Todo SPIN obtiene su energía de la asociación, a base de combinar y volver a combinar habilidades, instrumentos, estrategia, elementos, contactos. Al igual que el cerebro, el SPIN puede disponer de múltiples conexiones simultáneas en muchos puntos. Los segmentos de un SPIN son los grupos pequeños, que cooperan entre sí de forma fluida, sobre la base de valores compartidos. La multiplicidad de grupos robustece al movimiento". A los anarquistas de siempre esto les sonará a "grupos de afinidad", es decir, a aquella forma de organización que ha sido inoperante durante más de 150 años...

Estamos ante un vacío organizativo. Si bien es cierto que algunas tendencias de la "New Age" han constituido organizaciones políticas clásicas (en el fondo el Partido Humanista y los ideales de su fundador, Silo, encajan perfectamente con una cierta visión de la "New Age" y serían el ejemplo más claro de un movimiento político inspirado en una parte de estos ideales) se trata de excepciones, lo más normal es que el "newager" se considere apolítico e, incluso, teniendo simpatía por el ecologismo, no apoye a las formaciones verdes, ni de forma militante, ni siquiera con su voto: el "newager" suele ser apolítico.

Hay algo más que decir. Algunos "newagers" están convencidos de que la administración americana puede ser ganada "desde dentro". Para ello alegan que tanto el Departamento e Defensa, como algunas entidades asistenciales ligadas al gobierno, han acudido a ellos en busca de ayuda y cooperación, han firmado acuerdos para experimentar terapias psicológicas, (la Marina en San Diego, por ejemplo, autorizó cursos de Meditación Trascendental para sus tropas): "Han habido proyectos de investigación sobre meditación, biofeedback, fenómenos psíquicos y medicinas alternativas que se han financiado con fondos del Ministerio de Defensa". Es el viejo tema fabiano de ir ganando poco a poco espacio y hurtándolo al adversario. Existe toda una tradición americana de ver con desconfianza el aparato federal y procurar que éste quede reducido a la mínima expresión. La extrema-derecha y sus milicias armadas y el ultraliberalismo coinciden en que el Estado debe intervenir lo menos posible en la vida de los ciudadanos. Esta es también la opinión de la "New Age".

Autarquía transpersonal

Los "newagers" sostienen que toda persona debe vivir en plena autarquía interior, no necesitar nada fuera de sí. Autarquía quiere decir para Marilyn Fergusson: "gobernarse a sí mismo" y esto implica, no tanto una dimensión comunitaria, sino algo interior que estaría próximo al "ser uno mismo". Pero en esta consideración que en el mundo clásico era justa y que para quienes sostienen una orientación tradicional en el seno del mundo moderno, sigue siendo justa, adquiere una componente egoísta e individualista no desdeñable y que enlaza con otras tendencias de la "New Age": ideas y consejos para triunfar en la dimensión social, para "vivir a gusto con el dinero", no "tener miedo al éxito", tal como suelen repetir algunos títulos de libros y producciones características de este sector.

Así el mensaje que estaba grabado en el Templo de Eleusis -"Conócete a ti mismo"- se completaba con el que inscrito en la otra columna: "Nada de más", verdadera llamada a la austeridad y a vivir sin atender a lo superfluo y al consumo. El mensaje de Eleusis, globalmente considerado, tiene un sentido que pierde si se amputa de su complemento. Cuando los "newagers" dicen "conócete a ti mismo" generalmente entienden un reconocimiento de las posibilidades del propio Ego enfocado para alcanzar su engorde y el triunfo social o económico que pretenden.


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De la combinación de estos cinco elementos deriva la línea política de la "New Age". Es evidente que los "newagers" deben necesariamente hablar de política cuando aluden a una concepción "holística" de la sociedad; pero no es éste el terreno en el que mejor se mueven. En realidad, a poco que se lean sus escritos, se percibe que la "New Age" tiene por revolucionario aquello que solamente es irracional. Idealismo utopista, ecología, mundialismo, pacifismo, antiautoritarismo (aun aceptando fórmulas de liderismo limitado), aligeración de las estructuras de poder, evitar un enfrentamiento frontal con ese mismo poder, cuestionar las relaciones entre el poder y la población (dejando indemnes tanto el concepto del mercado y el resto del patrimonio del liberalismo económico), rechazo a estructurarse en organizaciones amplias y sólidas, capaces de movilizar masas y afrontar luchas en profundidad y de larga duración... Tales son las características de lo que se ha llamado pomposamente "política de la conciencia" o "política de transformación" y que, en el fondo no es, sino el apéndice terminal y degenerado, de la "old age", la vieja era. Por que de lo que no cabe la menor duda es que la "new age" no es lo primero del mañana, sino lo último del ayer.